Las electrolineras ya son una realidad. Al menos desde el punto de vista técnico. Los fabricantes de material eléctrico y las compañías operadoras de la luz ya han encontrado el formato óptimo para instalar en las gasolineras. Finalmente, han tenido que copiar los surtidores de gasolina. Se pasará de cuatro a tres mangueras y la máquina nos dirá, al levantar un conector: "Ha elegido: enchufe para coches japoneses, norteamericanos o franceses".
Los fabricantes de automóviles han sido incapaces de ponerse de acuerdo en un único formato de conector después de probar sus propios sistemas durante varios años. El enchufe con más pedigrí, el japonés chademo, ha visto como aparecían competidores en Europa y en Estados Unidos. La paradoja llega al extremo de que un mismo grupo automovilístico como Renault-Nissan vende coches con dos sistemas de conexión, uno para la marca francesa y otro (el chademo) para la japonesa.
Pero la diversidad aparentemente gratuita de enchufes tiene una ventaja para los usuarios. A diferencia de lo que pasa con los coches con motores de combustión interna, con los que más de uno se ha equivocado a la hora de repostar porque la boca de todas las mangueras es igual, con los coches eléctricos será imposible errar porque los enchufes son incompatibles entre ellos.
Sin embargo, no parece lógico que se mantenga esta variedad tecnológica en el futuro porque supone una dificultad y un coste añadido en el proceso de producción de los vehículos al reducir el volumen de afectación creando corralitos y también hace más complejos los postes de recarga. Los fabricantes y las operadoras eléctricas se lo plantean como una batalla comercial y tecnológica como otras a las que hemos asistido. "Pasará lo mismo que con el betamax y el VHS. Convivirán un tiempo y al final se impondrá un sistema, que no tiene por qué ser el mejor", afirma un responsable técnico de una operadora.
De momento, los nuevos surtidores eléctricos son una realidad tecnológica en el salón EVS27 que se celebra en Barcelona. Varios fabricantes, entre ellos el catalán Circutor, muestran sus propuestas para integrar los tres enchufes en un solo punto con el que cargar el 80% de la batería en media hora. Aunque la técnica ya está a punto, el sector reconoce que queda mucho por hacer para dar seguridad al automovilista y convencerle para que se pase del combustible fósil a la electricidad. Un ejemplo: ¡una céntrica gasolinera de Madrid lleva a cabo unas 15 recargas rápidas en un mes!