La 'Nouvelle Vague' fue un movimiento artístico nacido en Francia en la década de los 50 que revolucionó el cine con una mayor libertad en el lenguaje visual. Ahora, Renault quiere emular ese espíritu aplicado a la nueva movilidad, para la que propone tambien una nueva ola presentada por Luca de Meo, consejero delegado de la compañía, en una presentación 'online'. De Meo prevé que será difícil vender coches solo de combustión interna en Europa a partir de 2025, por lo que Renault tiene que darse prisa en electrificarse.
"Podemos ganar mucho si somos los primeros en dar el salto como ha hizo en otras ocasiones", ha asegurado Luca de Meo, que ha apelado al espíritu emprendedor e innovador como cuando Renault lanzó el Scenic o el Twingo, que aportaron una tabla de salvación. "Ahora se ha acabado el rum, rum", ha advertido en referencia a la movilidad basada en motores de gasolina y diésel de altas prestaciones y contaminantes.
La ofensiva eléctrica de Renault se ha acelerado con el lanzamiento del nuevo Arkana, con una versión híbrida, y seguirá con el nuevo Mégane eléctrico, según ha avanzado De Meo. Actualmente, el 40% de las ventas de Renault son modelos híbridos o eléctricos. En 2030, la marca tendrá 24 modelos electrificados, de los que 11 serán 100% eléctricos.
La estrategia de electrificación de Renault tiene dos patas paralelas. Por un lado, los nuevos eléctricos que se sumarán el veterano Zoe, con el Mégane y el resucitado Renault 5 como próximos pasos. Luca de Meo ha indicado que el reto para Renault es conseguir la rentabilidad de los eléctricos e híbridos, algo que se podrá comenzar a ver con el lanzamiento del R5 eléctrico.
Adaptación de estrategia
El grupo trabaja con la previsión de que los híbridos representen el 40% del mercado europeo en 2030, lo que puede dar una oportunidad de ganar cuota a la marca con la oferta de versiones basadas en la tecnología E-Tech de hibridación suave y enchufable, que promete un ahorro del 40% en combustible y emisiones y se va a ir extendiendo, por ejemplo, al nuevo Arkana después de la experiencia en los superventas Clio, Captur y Mégane, con los dos últimos que se fabrican en Valladolid y Palencia.
La marca francesa ha tenido que adaptar su estrategia a la inestabilidad de muchos mercados. El vicepresidente de ventas y operaciones de Renault, Fabrice Cambolive, ha puesto como ejemplo la situación que vive ahora la India, donde una nueva ola de coronavirus está impactando el país justo cuando acaban de lanzar el nuevo modelo Tiger con buenas perspectivas. A pesar de ello, la compañía sostiene que tanto India como Rusia y Brasil tienen un gran potencial.
Una pata importante de la estrategia de la Renaulution de Renault es la sostenibilidad de principio a fin, donde encaja la reconversión de la factoría de ensamblaje de vehículos de la localidad francesa de Flins en un centro de reciclaje que dará una nueva vida a 120.000 coches cada año, según las estimaciones de la compañía.
Nuevo posicionamiento de marca
Una nueva ola que se precie necesita una imagen adecuada, y por eso Renault ha actualizado su clásico en forma de rombo o diamante nacido en 1925 para darle más dinamismo y electrificarlo en unas líneas entrelazadas, según ha explicado el jefe de diseño de la marca, Gilles Vidal.
Ese espíritu también ha guiado el nuevo diseño aplicado al interior del nuevo Mégane eléctrico, del que la marca ha mostrado una primera imagen en la que se han podido ver unas líneas rectas con materiales con aire tecnológico combinados con grandes pantallas y un salpicadero en el que las salidas de aire "parece que desaparecen", según ha explicado Gilles Vidal.
En términos de márketing, Renault quiere "volver a ser Renault" y dejar de estar "a la sombra de la alianza" con Nissan y Mitsibishi, según ha dicho el jefe del área, Arnaud Belloni. A pesar de ello, Renault y las otras dos marcas han puesto en marcha un plan para mejorar las sinergias y lograr importantes ahorros, que pasan por compartir plataformas de modelos y su producción conjunta.
