Luca de Meo lo ha vuelto a hacer. Tras resucitar el Fiat 500, que resurgió después de un largo letargo, el ahora CEO de Renault ha protagonizado otro regreso al futuro con el Renault 5. Y no será el último, puesto que el Renault 4 también reaparecerá en la nueva etapa de la movilidad eléctrica inspirada en los iconos de décadas anteriores. Tras un primer contacto en París con el nuevo modelo, podemos afirmar que el R5 tiene argumentos para convertirse en un coche con mucho atractivo.
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El nuevo Renault 5 no solo atraerá las miradas de los cincuentones nostálgicos del utilitario o de la versión deportiva macarra de su juventud, sino también captará el interés de las nuevas generaciones que buscan una propuesta diferente y de valor para su movilidad. La apuesta de Luca de Meo tiene características muy personales, hasta el punto de que se ha implicado hasta el más mínimo detalle, como el aspecto de las llantas con 12 radios como un reloj con el 5 destacado o los objetos de merchandising inspirados en el nuevo modelo.
Frontal del Renault 5 nuevo
El R5 nació en el deafiante contexto de la crisis del petróleo, que obligaba a buscar coches con menos consumo de gasolina. En cierta manera, algo parecido a la situación actual en la que se necesitan automóviles que gasten menos electricidad.
El nuevo R5, una apuesta con riesgo
No obstante, el R5 es una apuesta no exenta de riego. Para empezar, no ha que perder de vista que el nuevo R5 no es un SUV, sino un coche con una arquitectura más convencional como turismo compacto, un segmento a la baja, como casi todos los que no son todocaminos. De entrada, tiene 5,5 millones de potenciales fans, al ser las unidades del viejo modelo vendidas de 1972 a 1984.
Interior del nuevo Renault 5
La nueva generación del emblemático e icónico R5 vuelve con un aspecto muy renovado con reminiscencias claras a sus orígenes en los años 70 pero con un diseño actualizado y, lo que es más importante, con una propulsión 100% eléctrica. Aquí no estamos hablando de un modelo con propulsión de gasolina y eléctrica o híbrida, sino que es exclusivamente eléctrico adaptado a los objetivos de futuro en la movilidad y con el objetivo de conseguir una base más amplia de clientes. Aunque no es el eléctrico asequible que proyecta Renault con el Twingo por unos 20.000 euros, el nuevo R5 puede rondar la franja de 25.000 a 30.000 euros y será mucho más barato que el utilitario Zoe, basado en una tecnología anterior ya superada.
El mismo perfil que hace 52 años
El nuevo coche mantiene el perfil de diseño que tenía el R5 original. Un diseño bastante cúbico como dice la marca francesa, como un cuadrado al que se ha dado forma. Pero es más grande que el original al pasar de 3,52 metros a 3,91. Mantiene muchos elementos muy característicos como por ejemplo la parte trasera con la caída en diagonal del portón liso y recto tan característica del R5. Es un elemento de un modelo vintage, aunque la marca prefiere hablar de retrofuturista.
Faros del nuevo R5
La producción del R5 se localiza en el hub eléctrico de Renault en Douai, en el norte de Francia, y se basa en la plataforma pequeña de la nueva familia de eléctricos de la firma. La eficiencia es la guía de la arquitectura del R5, que se beneficia de un peso reducido para un eléctrico de menos de 1.449 kilos y una autonomía que va de 300 a 400 km en función de las versiones de batería. El coche con la batería pequeña de 70 kW no admite carga rápida al estra más pensado para un uso urbanita frente a las versiones de 90 y 110 kW.
El 5, el gallo y la bandera
Pese a los cambios evidentes, el nuevo R5 es un homenaje a su antecesor con el número 5 presente por casi todas partes: es el protagonista en la puerta del maletero, en las aletas laterales junto a las puertas, en el capó para indicar el estado de la carga de la batería con unas barras que disminuyen o aumentan en función de los kilowatios disponibles, e incluso con la opción de poner en el techo un número gigante siguiendo las tendencias que han puesto de moda otras marcas para darle un toque deportivo.
En el interior, el viejo R5 vuelve a estar muy presente en telas con acabado tejano, costuras muy setenteras y colores divertidos que se pueden combinar con elementos de personalización como un pintalabios que se acopla en una palanca junto al volante. Sin olvidar la necesidad de avanzar en la economía circular al contar con un 25% de materiales reciclados.
Con el renacimiento del Renault 5, la marca reinvindica también su origen francés con varios gallos (el símbolo del país) distribuidos en algunas piezas, que dificultan también las copias, así como la bandera tricolor en los faros. Sin embargo, el R5 es también muy español puesto que se fabricó en la antigua Fasa Renault de Valladolid y en Palencia.
