Los profundos cambios en el mercado automovilístico no solo tienen relación con la evolución hacia la movilidad eléctrica, sino también con la competencia y el surgimiento de nuevas marcas. En tan solo cinco años, el número de marcas presentes en el mercado español ha crecido un 20% al pasar de una cincuentena de firmas a unas 60, según el recuento que ha hecho el portal de automoción Sumauto.
En los últimos cinco años han desembarcado en España 13 marcas que no estaban presentes con anterioridad. El 80% de esas nuevas marcas que han emergido proceden de Asia, principalmente China, y siete de cada diez son eléctricas puras y el 85% incluye versiones electrificadas, según los datos de Anfac. Las marcas que llegan a España son, por ahora, una pequeña parte de las nuevas firmas que están surgiendo especialmente en China y Estados Unidos. Algunos expertos cifran en un centenar las nuevas marcas que han aparecido en todo el mundo gracias a la electrificación.
Larga lista de nuevas marcas
En la lista de nuevas marcas podemos incluir algunas como Maxus, Polestar, Zhidou, Aiways, MG, DFSK y Lynk & Co. Pero también Cupra, la nueva marca deportiva creada por Seat hace cuatro años. Además, se espera que lleguen a España algunas de las marcas que más vehículos eléctricos venden en el mundo, como la compañía asiáticas BYD, Great Wall Motor (que durante un tiempo barajó establecer su base europea en Nissan Barcelona), NIO o las americanas Lucid Motor y Rivian, al mismo tiempo que compañías como Apple, Xiaomi o Sony entrarán al mercado automovilístico tras su asociación con Honda.
La llegada al mercado de esas nuevas marcas se nota en el reparto de las ventas, aunque todavía tienen una porción pequeña pero en progresión constante. Se estima un crecimiento del 29% de las matriculaciones de nuevas firmas este año con una amplia oferta de vehículos eléctricos, alcanzando las 30.000 unidades vendidas, y que lleguen a 40.000 unidades en 2023.
Los eléctricos, más sencillos
Detrás de la eclosión de nuevas marcas de automóviles, que recuerda a la etapa de masificación de la automoción, se encuentra la oportunidad que supone que la complejidad técnica del desarrollo del coche eléctrico sea más baja que la que tiene un vehículo de combustión, junto al rápido descenso del coste de las baterías, lo que permite una producción rentable de nuevos vehículos. También la prohibición por parte de Bruselas de vender coches de combustión a partir de 2035 sitúa este gran desembarco eléctrico en el momento idóneo.
Según el director general de Sumauto, Nicolás Cantaert, el desembarco del coche eléctrico ha derivado en una irrupción de nuevos fabricantes "en un momento de inflexión para la movilidad, debido a las restricciones e incertidumbres económicas".