Ya llevamos más de tres años encadenando una dependencia política del Estado cuando llega el momento de hacer balance anual. La inestabilidad del Gobierno español con la convocatoria de dos elecciones consecutivas para invertir a Pedro Sánchez no nos sorprende si vemos que su antecesor, Mariano Rajoy, hizo lo mismo. Pero es evidente que ha sido un hecho notorio que nuevamente ha marcado tensiones y se ha traducido en una caída de los mercados.
También el del motor, que sin un Gobierno claro y conciso que apueste por una vía, la confusión a la hora de comprar un coche u otro es enorme para el cliente. Nuestro sector deberá estar atento a tres ministerios: el de Transición Ecológica liderado por Teresa Ribera, el de Transporte y Movilidad con José Luis Ábalos y obviamente el de Industria con Reyes Maroto al frente. Los tres deben saber trasladar a la ciudadanía qué quieren hacer. Y pedimos que, esta vez, no nos dejen de lado y consulten con las voces de la experiencia y activas dentro del mercado en el momento de tomar una decisión u otra. Pero vayamos por partes.
Pérdida de peso de Cataluña
A escala global, Moodys prevé una caída de las ventas por este 2020 del 3,1% y es evidente que entramos en una desaceleración que ya hemos palpado en 2019. La venta de coches ha bajado un 6% y hemos cerrado un año en el que las cifras han caído por primera vez desde 2012. Nadie lo puede pasar por alto, nuestro gremio es un buen termómetro para mostrar la ralentización de la economía a escala global.
¿Y qué pasa en Cataluña? Hemos experimentado una debilitación del mercado catalán que ha hecho perder peso al conjunto de España. Nos situamos en una cuota de mercado del 13,8%, el porcentaje más bajo desde 2008. ¡Qué lejos nos quedan aquellos máximos de 2015 cuando estábamos prácticamente en un 16%! La vida dicen que cambia en un segundo y es totalmente imprevisible.
Pero también es cierto que depende de nosotros mismos marcar el rumbo. Para analizar las cifras es conveniente ver los factores que pueden incidir. Desde nuestro sector, creemos que hay declarada una gran persecución al automóvil. La lucha por un medio ambiente más sano y un acuerdo para la calidad del aire no puede ir relacionado únicamente y ser el chivo expiatorio de todos aquellos discursos que quieren hacer frente. Con el nuevo impuesto catalán para combatir el CO2, los vehículos más contaminantes pasan a pagar de 7 a 128 euros al año, dependiendo del coche. Y a esta medida, debemos añadir la Zona de Bajas Emisiones. Creemos que también se ha hecho sin una buena planificación y, nuevamente sin querer escucharnos.
Zona de Bajas Emisiones de Barcelona
No es una visión victimista en ningún caso la que presento, sino que constato una realidad. La Generalitat ha declarado que destinará 12,8 millones de euros para refuerzos puntuales que puedan surgir de esta nueva implementación pero hay que especificar para cuando es esta partida y qué refuerzos pueden ser. No puede haber una estructura que vaya tapando "agujeros" de aquellos déficits que vayan surgiendo mientras se demoniza el transporte privado.
¿Hay que recordar que la alcaldesa Ada Colau ha excluido el puerto de Barcelona de esta ZBE? Para hacernos una idea, dos motores de barco tragan 52.000 litros de fuel cada hora y el combustible de los cruceros contamina 100 veces más que el diesel de los coches. Y mientras siguen los discursos sobre la lucha contra la contaminación, el ayuntamiento aprueba la ampliación del puerto con un nuevo espacio de 11.000 metros cuadrados. No se trata de confrontar entre nosotros, ni aplicar aquella idea del "y tú qué", sino ser coherentes, justos y proporcionales con todo el mundo y no focalizar el problema únicamente hacia el automóvil. No podemos dejar pasar más debates y discursos críticos pero no constructivos donde no tenemos voz.
Sin rencores, nos tenemos que poner a trabajar conjuntamente. Las estadísticas marcan que en Cataluña hemos perdido peso, también sobre el conjunto de España ... Y no nos quedaremos de brazos cruzados. Hace falta, más que nunca, estar todos unidos y atentos para afrontar 2020 y el futuro cambiante.
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Artículo publicado en la web del Gremi del Motor