Tom Cruise está a punto de poner a prueba un BMW M3 en la nueva entrega de Misisión Imposible 5: Nación Secreta. El estreno tendrá lugar poco después de que el Mercedes GLE luchará contra los dinosaurios de Jurassic World y de que los deportivos de Audi encabezados por el R8 desfilaran con los Vengadores al volante. Son los últimos ejemplos de la dura competencia entre las marcas premium que también tiene lugar en las salas de cine de todo el mundo.
Los fabricantes de automóviles de gama alta se han tomado muy en serio su apuesta por la inversión publicitaria en las películas. Gracias a contratos millonarios, las marcas tienen la exclusiva en el parque móvil que aparece en las películas. En Los Vengadores, los superhérores de Marvel conducen un R8 V10, un TTS Coupé y un A3 cabrio. En Jurassic World, además del nuevo GLE es posible ver el duro todoterreno G que ya apareció en el primer film de la saga jurásica. Por último, BMW sigue fiel al espía Ethan Hunt en Mision Imposible con un M3 que acaba malparado tras volar por los aires.
Las marcas premium de automóviles han encontrado un filón en la técnica llamada Product Placement que convierte las películas en spots de gran impacto entre el público de los modelos que acaban de lanzar al mercado. Para los productores cinematográficos, el interés de marcas como Audi, Mercedes y BMW por seguir compitiendo por protagonizar los últimos estrenos supone una importante fuente de financiación.