Los fabricantes chinos de vehículos quieren que la respuesta del Gobierno del país asiático a los aranceles anunciados por la Unión Europea a los coches eléctricos vaya más allá de penalizar las importaciones de carne de cerdo. Los gigantes del automóvil chinos instan a Pekín a mostrar mano dura con subidas de aranceles a los vehículos de combustión de los fabricantes europeos.
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En realidad, las marcas china, que ven amenazados sus planes de desembarco en el mercado europeo, reclaman al Gobierno chino que cumpla con la medida con la que había amenazado a Europa: subir los aranceles a los coches europeos de más cilindrada de combustión del 15% actual al 25%, es decir, una subida de 10 puntos equivalente a un 67% de incremento.
Curiosamente, la represalia que reclama el sector automovilístico chino no incluiría a los coches eléctricos. Lo justifican con el argumento de penalizar los vehículos más contaminantes, aunque también juegan a su favor con el dominio del nuevo mercado de la electromovilidad en China ante la pérdida de cuota de las marcas occidentales.
Amenaza a los deportivos alemanes
La petición de los fabricantes chinos fue expresada en una reunión a puerta cerrada celebrada con representantes gubernamentales, según informó el diario oficialista Global Times. En la misma reunión también estaban presentes representantes de marcas occidentales.
De momento, el Ejecutivo chino ha respondido con una medida quirúrgica con una investigación sobre las importaciones de carne de cerdo y sus derivados, lo que afecta especialmente a España. En cambio, la subida del arancel a los coches de gasolina más potentes golpearía a marcas alemanas. China ha querido evitar hasta ahora perjudicar a Alemania, un país que se ha mostrado radicalmente en contra de los aranceles a China a diferencia de España, que ha expresado su apoyo a la penalización.