Los empleados de la fábrica de Lamborghini de Sant'Agata Bolognese no dan abasto. Han tenido que aumentar el ritmo de producción de los deportivos de la marca del grupo Volkswagen para responder a un aumento de las ventas del 96% en el primer semestre de 2019. La elitista marca italiana ha dado un salto cuantitativo gracias a su primer SUV y busca la fórmula para superar la saturación de la planta que está a punto de alcanzar.
En el periodo de enero a junio de este año, Lamborghini vendió 4.553 vehículos, casi el doble que en los mismos meses de 2018 y un récord en la historia de la marca que supera todas las matriculaciones de 2017. Una parte sustancial del éxito se debe al inicio de la comercialización del SUV Lamborghini Urus, del que se vendieron 2.693 unidades en el primer semestre. Además, Lamborghini vendió 1.211 unidades del modelo Huracán y 649 deportivos del modelo Aventador.
¿Toca techo Lamborghini?
La compañía ha confirmado sus perspectivas de mantener el ritmo de crecimiento en la segunda mitad de 2019, con lo que las ventas de todo el ejercicio superarán probablemente las 8.000 unidades. La consecución de ese nivel de ventas insólito para Lamborghini marcará la culminación de una etapa marcada por fuertes inversiones con el lanzamiento del Urus y la puesta en marcha de unas nuevas instalaciones de pintura exclusivas para el todocamino.
"No debemos seguir creciendo para siempre. Ahora tenemos que consolidar estos resultados y preservar la exclusividad", ha admitido Stefano Domenicali, consejero delegado de Lamborghini, que define la situación como "la dimensión correcta de nuestra empresa con nuestra cartera de productos actual".
¿Ha tocado techo Lamborghini? Por ahora parece que sí. La firma baraja ya el desarrollo de un cuarto modelo con el que podría seguir creciendo.