El Hyundai Kona amplía la gama con la joya de la corona, la versión 100% eléctrica. La marca coreana corona así las opciones de motorización de un modelo que ha crecido tanto en sus dimensiones como en sus ventas. Unos meses después de conocer las versiones de combustión e híbridas no enchufables, ahora hemos podido probar el nuevo Hyundai Kona eléctrico en una primera toma de contacto. Las sensaciones al volante han sido positivas y avalan el atractivo de este modelo, en el que Hyundai ha invertido 103,7 millones de euros.
Valoración del Hyundai Kona eléctrico (puntuación de 0 a 10): diseño, 8,8; interior, 8,5; motor, 9,3; conducción, 9,2; global, 8,95.
La renovación del Hyundai Kona, un modelo global de la marca coreana, fue un reto para los diseñadores. Había que innovar y adaptarse a las nuevas tendencias pero manteniendo la esencia de un modelo exitoso con mucha implantación en Europa. Sin embargo, el resultado aporta más innovación, incluso disrupción, que el mantenimiento de la tradición.
Kona, un eléctrico pionero
La nueva generación del Kona eléctrico nace con una base importante al haber sido uno de los modelos pioneros de la electromovilidad con 104.717 unidades vendidas desde su lanzamiento. De momento, el 12% de los Kona que se fabrican en la planta de Nosovice (República Checa), a un ritmo de 66 coches por hora, son ya 100% eléctricos con la previsión de un aumento progresivo del peso de esta motorización sin emisiones.
A pesar de ser un eléctrico, el nuevo Kona está fuera de la nueva submarca Ioniq de Hyundai porque, según Leopoldo Satrústegui, director general de Hyundai en España, da continuidad a la primera generación y "tiene también versiones de combustión, a diferencia de los Ioniq, que son únicamente eléctricos".
La versión eléctrica del Kona ha nacido al revés que la de su antecesor. El Kona eléctrico ha sido el diseño original sobre el que se aplicaron las modificaciones mínimas para las versiones de combustión e híbridas autorrecargables. Tiene algunos detalles distintivos como un dibujo pixelado en la parte trasera y en el frontal, un guiño a sus primos de Ioniq, junto al puerto de carga amplio en la parte izquierda del espacio que ocuparía la parrilla inexistente en toda la gama. El nuevo modelo de Hyundai se desmarca así de la tendencia que se está imponiendo en el nuevo mercado de los vehículos eléctricos a situar el puerto de carga en los laterales.
Al volante del Kona eléctrico
Al volante, el Kona eléctrico gana en algunos aspectos como una entrega de potencia mucho más generosa y rápida que sus hermanos de gasolina y una suspensión más dura para equilibrar el peso elevado de las baterías, lo que le da un toque de rigidez deportiva. En nuestro recorrido por carreteras secundarias y autopista a velocidad moderada, el consumo se quedó en unos 14 kWh a los 100 kilómetros, una cifra que no está nada mal teniendo en cuenta sus competidores y que es, sin duda, un aspecto a favor del Kona eléctrico.
El segundo Kona eléctrico llega al mercado con el equipamiento más alto de toda la gama de este SUV compacto. Dispone de dos motorizaciones con hasta 514 kilómetros de autonomia con una batería de 65,4 kWh y 218 caballos o 377 kilómetros para la versión de 48,4 kWh y una potencia de 156 caballos. Para los más desconfiados con la movilidad eléctrica, el nuevo modelo incluye servicios extras que permiten disponer de un coche de combustión durante 15 días al año para hacer viajes largos sin miedo a quedarse con la batería a cero.
Los precios del nuevo Kona eléctrico van de 40.915 euros a 52.400 en la versión más potente y equipada. Con las ayudas públicas y la campaña promocional de la marca, el precio de acceso se queda en unos 30.000 euros.