Una nueva llamada a revisión del modelo de coche eléctrico más 'popular' de General Motors le costará al fabricante norteamericano 1.000 millones de dólares, que reclama a LG como proveedor de la batería defectuosa. La compañía anunció que ampliará la llamada a revisión de su modelo eléctrico Chevrolet Bolt EV para abarcar 73.018 nuevos vehículos en Norteamérica por un defecto en sus baterías que puede causar incendios.
GM ya había llamado a revisión con anterioridad otros 69.000 Bolt EV en todo el mundo, de los modelos de 2017 a 2019, de los que casi 51.000 se encuentran en Estados Unidos, para reparar el mismo problema de las baterías. En total, el costo de la llamada a revisión podría ascender ahora a 1.800 millones de dólares.
La nueva llamada a revisión cubre los modelos de 2019 a 2022. GM ha confirmado al menos un incendio en los vehículos de los tres últimos años y otros nueve en los de modelos anteriores. GM señaló que las baterías fueron producidas por LG en Corea del Sur con dos defectos, un ánodo desgarrado y un separador doblado, lo que aumenta el riesgo de incendio de las baterías.
El mismo problema que Hyundai
La compañía señaló en un comunicado que "por precaución, GM reemplazará los módulos defectuosos de las baterías" con nuevos módulos. GM también afirmó que está trabajando con LG para descubrir las causas de los defectos de producción y que quiere que la compañía surcoreana reembolse los costes.
El vicepresidente ejecutivo de Desarrollo Global de Productos de GM, Doug Parks, afirmó que "como líderes en la transición a un futuro totalmente eléctrico", saben que "generar y mantener la confianza es básico". Hasta que los módulos defectuosos sean reparados, GM recomienda a los propietarios de Bolt EV que sólo carguen sus baterías a un 90 %, que lo hagan de forma más frecuente para evitar que la carga sea inferior a 113 kilómetros y que estacionen sus vehículos en el exterior. Además, la carga de los vehículos no debe realizarse nunca en el interior de estructuras.
El problema es similar al sufrido por Hyundai con sus modelos Kona y Ioniq, que ha motivado varias llamadas a revisión de los vehículos afectados por el riesgo de incendios después de sufrir varios incidentes en los que algunos coches quedaron calcinados. El fabricante de las baterías era también LG.