Un temporal bursátil ha azotado a varios fabricantes de automóviles que han sufrido importantes recortes en sus resultados financieros en el primer semestre. Como denominador común aparece el recorte en las ventas de los vehículos eléctricos. Ford se convirtió en la marca más golpeada por un jueves negro de una buena parte del sector de automoción al descalabrarse un 18% en la bolsa por los sobrecostes derivados de numerosos problemas de calidad de sus vehículos.
Los beneficios netos de Ford cayeron un 14% en la primera mitad de 2024 y se quedaron en 3.163 millones de dólares (unos 2.918 millones de euros). La compañía atribuyó el descenso al aumento de los costos por las garantías de sus vehículos tras los problemas de calidad que han aflorado. Los beneficios netos de Ford llegaron a 1.831 millones de dólares, un 4,5 % inferiores a los de 2023. Los ingresos crecieron un 4,8% y alcanzaron 90.585 millones dólares.
El director financiero de Ford, John Lawler, indicó que la compañía ha estado mejorando la calidad de sus vehículos y puso como ejemplo la mejora de 14 puestos el último ranking de las marcas con menos problemas. “Nuestras propias evaluaciones muestran similares ganancias, con la reducción del número de incidentes durante los primeros tres meses", dijo Lawler.
Pérdida de un 18% en bolsa
Ford sigue sufriendo la acumulación de pérdidas en su negocio de vehículos eléctricos, Ford Model e, que perdió 1.143 millones de dólares en el primer semestre, lo que supone un empeoramiento del 37%. En cambio, las divisiones Ford Blue (vehículos con motores de combustión) y Ford Pro (vehículos y servicios comerciales) aumentaron sus ingresos un 7% y un 9%, respectivamente.
La respuesta de los inversores fue la de ordenar la venta de acciones de Ford ante el deterioro de los resultados y de sus perspectivas de rentabilidad. Los títulos de Ford se desplomaron un 18,36% en una sola jornada en la Bolsa de Nueva York.
Las pérdidas de Ford encabezaron los descalabros sufridos en la bolsa por varios fabricantes, que incluyen a Renault, Stellantis y Nissan debido a la pérdida de rentabilidad en un contexto complicado en varios mercados automovilísticos.
