El Ford Explorer ha sido un SUV icónico desde su nacimiento en 1990, y ahora, con la electrificación en auge, Ford ha decidido renovar este modelo para adaptarse al mercado europeo. Aprovechando la plataforma MEB de Volkswagen, la marca estadounidense ha sabido darle un toque americano al nuevo modelo eléctrico en su fábrica de Colonia (Alemania), conservando su robustez y espíritu aventurero. Hemos podido conducir a fondo el nuevo Ford Explorer en una prueba de varios días para la sección Car Review & Rating. Hemos ratificado la valoración que hicimos del Flord Explorer en la primera prueba rápida, comparándolo con el 4x4 anterior, pero ahora hemos descubierto más detalles de este SUV.
Diseño y dimensiones: robustez con identidad americana
El Explorer eléctrico mide 4,57 metros de largo, lo que le confiere una gran presencia sin ser excesivo para el tráfico urbano. El frontal mantiene el ADN Explorer con un volumen cúbico y las letras destacadas en el capó. A nivel estético, se nota la base del Volkswagen ID.4 en las formas y la mecánica, aunque Ford ha implementado detalles propios como la pantalla vertical deslizante y los aireadores específicos.
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Parte trasera de Ford Explorer
Motorización y consumo
La versión con tracción trasera y 286 caballos destaca por su eficiencia sin estridencias, ofreciendo una conducción equilibrada y un consumo moderado. La autonomía en ciclo combinado alcanza los 602 km y hasta 787 km en ciudad. La recarga rápida de hasta 185 kW permite recuperar del 10% al 80% en solo 26 minutos, convirtiéndolo en una opción versátil y funcional.
Conducción y dinamismo: suavidad con toque deportivo
El Explorer eléctrico combina una conducción suave con una suspensión endurecida que aporta un tacto deportivo. A pesar de su tamaño, la capacidad de giro es notable, proporcionando gran maniobrabilidad incluso en espacios reducidos. La base de Volkswagen le otorga estabilidad, mientras que el toque de Ford le añade carácter.
El cockpit minimalista, similar al del VW ID.4, puede resultar impactante al principio, pero se complementa bien con el Head-Up Display proyectado en la luna, facilitando la adaptación. La falta de botones físicos como el del Autohold puede ser un inconveniente, ya que se han introducido controles deslizantes a los que hay que acostumbrarse.
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Interior del Ford Explorer
Interior y tecnología
El interior del Explorer eléctrico refleja una transformación profunda en Ford, con un diseño más tecnológico y funcional. La pantalla vertical deslizante y el altavoz que recubre el salpicadero le aportan personalidad. Sin embargo, algunos detalles prácticos podrían mejorarse, como la ubicación de los puertos USB, que quedan demasiado ocultos en la guantera. Se agradecen los dos huecos para teléfonos, aunque solo uno cuenta con carga inalámbrica, cuando podrían ser ambos.