El gasto en la adquisición o uso de los vehículos, seguros, combustibles… supone la segunda partida más importante de muchas empresas, tras las nóminas. Esta tendencia no se prevé que se reduzca en los próximos años, pero sí que cambie con la fórmula de los coches corporativos compartidos. Sin embargo, el sector afronta como principal problema los retrasos en las entregas de vehículos por culpa de la escasez de chips, que puede provocar que se alargue la vida útil de algunas flotas, según explica Jaume Verge, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Española de Gestores de Flotas y Movilidad (AEGFA), que agrupa a más de 2.000 profesionales de unas 1.000 empresas. Se trata de los responsables de compras de vehículos en las empresas y administraciones.
El problema más grave al que se enfrenta el sector es la posibilidad de no poder renovar las flotas de vehículos en los próximos meses. La paralización de la fabricación en casi todos los fabricantes por falta de componentes está llegando a todos los sectores. Jaume Verge asegura que “todos los acuerdos de renovación para 2022 que no estén cerrados ya tendrán problemas de entrega”. Y alerta que esta situación puede prolongarse durante meses.
Cambios en las flotas de vehículos
Mientras tanto, las flotas de vehículos corporativos afrontan cambios de calado por las tendencias de fondo. "Lo que ya está pasando es que el vehículo no se asigna sólo a una persona, para evitar así que pase tiempo parado, porque ahora las nuevas tecnologías y aplicaciones de móvil permiten un uso compartido, fácil y seguro”, destaca Verge. Los cambios incluyen además otros modos de transporte, por supuesto vehículos eléctricos para poder acceder a zonas con restricciones de circulación, pero también bicicleta e incluso motos que hasta ahora se rechazaban por temas de seguridad. “Cada vez habrá una mayor personalización de los vehículos”, asegura.
Muchos de los desarrollos tecnológicos para esta función los hacen las propias empresas, sobre todo cuando son grandes, o las que prestan los servicios de renting. Este sistema de alquiler a largo plazo es ampliamente mayoritario en este sector, supone el 95% o incluso más, destaca el vicepresidente de AEGFA, fundamentalmente por temas fiscales y porque así este gasto “no contamina el balance” de la empresa.
El efecto de la pandemia
Los gestores de flotas y las empresas de reting han tenido que hacer frente en los últimos meses a los efectos de la pandemia y las limitaciones de movilidad. Verge explico que la situación se ha gestionado mayoritariamente alargando los contratos y renegociando los kilómetros al año de cada vehículo. Esta nueva situación ha potenciado también fórmulas como el renting flexible o el de vehículos de segunda mano, más adecuados cuando hay incertidumbres