Los trabajadores de la fábrica de Ford de Colonia se han despedido del Ford Fiesta. "¡Buen viaje amigo! Goodbye Fiesta", proclamaron con orgullo en el Facebook del sindicato IG Metall de la planta que ha producido más unidades del popular utilitario, junto con la de Almussafes (Valencia). El final del Ford Fiesta tras 47 años conquistando usuarios no ha tenido nada de festivo, ha sido mas bien un entierro, uno más de un modelo víctima de la transición a la movilidad eléctrica y de la voracidad de los SUV.
Hace unas semanas, en el acto de presentación de una inversión de 1.860 millones de euros para electrificar la histórica factoría de Colonia apenas hubo un fugaz recuerdo para el viejo Fiesta, que quedó eclipsado por el nuevo Ford Explorer, el primer eléctrico europeo de la marca desarrollado sobre la base de un Volkswagen ID. 4 gracias a un acuerdo con el grupo alemán. El final del Fiesta lleva aparejado un recorte de plantilla de 2.300 empleos en el centro de Colonia con el argumento de ajustar la plantilla a las necesidades más bajas de los futuros modelos eléctricos.
Sin Fiesta para el Ford Fiesta
La marca norteamericana ha tenido el detalle de quedarse las tres últimas unidades ensambladas el viernes pasado como piezas de la historia de la automoción. El final de la producción del Fiesta también ha tocado a los trabajadores más veteranos de la fábrica de Almussafes, un centro que nació en 1976 para ensamblar ese modelo. Se produjeron más de cinco millones de unidades hasta 2012, cuando Valencia perdió el coche urbano.
El Ford Fiesta se merecía algo más que un triste final. Se había ganado una fiesta dedicada a los 20 millones de clientes que han viajado en el pequeño coche urbano de Ford nacido en tiempos en que era primordial ahorrar gasolina debido a la crisis del petróleo, como ahora, 47 años después.
Pero el Ford Fiesta también se merecía una oportunidad en la nueva era de la electrificación. El obituario de modelos que están siendo sacrificados por las marcas con la excusa de la electrificación va creciendo día a día. En el caso de Ford, ya han caido el Mondeo, Galaxy, S-Max y el próximo será el también superventas Focus en 2025, que significará el final de la factoría de Ford de Saarlouis.
Necrológicas de modelos clásicos
Los fabricantes han decidido tirar a la basura décadas de inversión para crear modelos que se han convertido con los años en marcas en sí mismos, como el Fiesta. Sin embargo, detrás de la tendencia a enterrar decenas de modelos superventas en el camino de al electrificación se encuentra también, o sobre todo, la canibalización de los SUV de buena parte de los modelos que se cruzan en su camino. Las ventas de los modelos con carrocerías clásicas se han ido reduciendo, tanto en las berlinas como en los compactos medianos y pequeños. Algunas marcas ya han dejado de producir o lo harán próximamente algunos de estos modelos desplazados por los todocaminos.
Los creativos y los marketinianos de las marcas han decidido que una buena parte de los coches clásicos no tienen cabida en en la nueva era de la movilidad eléctrica, y menos aún en la de los SUV. En su lugar han optado a menudo por nombres impronunciables que parecen más ecuaciones que nombres con atractivo para los consumidores.
Los nostálgicos y los fans del Fiesta pueden aprovechar sus últimos días en el mercado. Aunque no hay una edición final, sí cuenta con descuentos hasta su liquidación.