Sólo tres meses después se reestructurar Renault y organizarla por marcas convertidas en unidades de negocio, Luca de Meo cambia la cabeza de Alpine. La marca deportiva, que incluye el equipo de F1, pasa a tener como Director General desde el 11 de enero a Laurent Rossi (45 años), un ingeniero formado en la escuela ENSEEIHT de Toulouse y en la École du Pétrole et des Moteurs (ENSPM) de París, que sustituye a Cyril Abiteboul, confirmado como máximo responsable en marzo.
Abiteboul, el jefe de Fernando Alonso en su regreso a la F1 durante la pretemporada, deja el Grupo Renault en el que desde 2016 pilotó la reorganización del equipo de Fórmula 1 como director general de Renault Sport Racing.
Rossi, francés de ascendencia italiana, tras una primera etapa en Renault había dejado la compañía en 2009 para estudiar un MBA en Harvard. Luego trabajó en la sede de Boston Consuting en Nueva York como experto en automoción hasta que en 2012 pasa a Google para desarrollar relaciones comerciales con el sector del automóvil desde Francia y Estados Unidos. En 2018 regresa a Renault como director de estrategia y desarrollo comercial.
Viejo conocido de De Meo
Su experiencia en el sector de consultoría y en el de nuevas tecnologías puede ser clave para crear el proyecto que parece querer De Meo para Alpine, una marca que fabrica coches deportivos y con una escudería de F1, una especie de Ferrari o Mclaren francesa.
Para completar el equipo ha fichado a un peso pesado de los circuitos, aunque de las dos ruedas, Davide Brivio (57 años) se ha incorporado a Renault como Team Manager del equipo de F1. Brivio coincidió con De Meo cuando el italiano trabajaba en Fiat y esta marca se convirtió en el patrocinador principal del equipo Yamaha de MotoGP en los mejores años de Valentino Rossi en los que Brivio tuvo un papel fundamental. La estrecha relación entre Brivio y el piloto italiano hizo que lo acompañase en su aventura de Ducati. Actuablemente era el jefe del equipo Suzuki, actual campeón del mundo de MotoGP con Joan Mir.
Brivio vuelve a coincidir con un Rossi, esta vez como jefe, pero en circuitos muy diferentes a los de MotoGP y en un año muy especial, cuando el equipo Renault de F1 pasa a llamarse Alpine y supone el regreso de Fernando Alonso a la máxima competición de velocidad. Un reto para todos.
