El pasado 21 de julio, Aston Martin, la mítica y centenaria marca británica, desvelaba su nueva identidad corporativa. Un nuevo logotipo alado creado en colaboración con el prestigioso diseñador gráfico Peter Saville (Manchester 1955), creador de portadas de discos míticas (fue uno de los fundadores de Factory Records), y fabricado de forma artesanal por joyeros de Birmingham Vaughtons Studio, una firma con 203 años de antigüedad, que realizó la Copa de la Asociación de Fútbol y las medallas de los Juegos Olímpicos de Londres de 1908.
Esta es la primera actualización importante de la marca desde 2003 y solo la octava vez que se modifica desde que en 1913 Lionel Martin y Robert Bamford crearan la empresa.
Aunque el nuevo logo es muy similar al anterior, el principal cambio es la eliminación de una línea semicircular que atraviesa las alas. "La actualización de las alas de Aston Martin es un ejemplo clásico de la necesaria evolución de los logotipos", explico Saville.
El nuevo logo campará sobre el morro de la próxima generación de deportivos Aston Martin pero se estrenó en el monoplaza de F1 con el que el Sebastian Vettel (Heppenheim, Alemania, 1987) corrió el GP de Francia de F1 el 24 de julio en el circuito Paul Ricard. Junto al más moderno el más antiguo, simplemente las siglas AM.
Inyección de petrodólares
El equipo Aston Martin Aramco Cognizant quería conmemorar así el centenario de la primera participación de la marca en un Gran Premio, en 1922. Vettel terminó decimoprimero.
Una semana más tarde se celebraba el GP de Hungría y ese viernes, Vettel anuncia su retirada, al final de esta temporada. Termina la carrera en décima posición. Ya en Hungría empezaron a circular rumores de que su sustituto podría ser Alonso y la propia Aston Martin lo confirmó dos días después, el 1 de agosto, mientras la francesa Alpine, donde correrá el piloto español hasta final de temporada, no se pronunciaba aún.
La operación de cambio de imagen y el fichaje de Fernando Alonso se producen sólo unos días después de que el fondo soberano de Arabia Saudí Public Investment Fund (PIF) se convirtiese en el segundo accionista de la compañía automovilística británica al hacerse con el 16,7% del capital a través de una ampliación de capital de 768 millones de euros que le permite tomar aire ante los apuros financieros con una elevada deuda.
Apuesta por la F1
Lawrence Stroll, que compró el paquete de acciones recientemente, es el accionista mayoritario con el 18,3% y el Grupo Mercedes pasa a ser el tercer accionista al diluir su participación con la ampliación al 9,7%, aunque su objetivo es llegar al 20% en 2023. Mercedes es quien suministra los motores a Aston Martin, para los monoplazas de F1 y los deportivos. PIF está presente también en el accionariado de Mclaren y de la marca de eléctricos Lucid. Julio ha sido un mes muy activo en la marca británica, con sede en Gaydon (Gran Bretaña).
Renato Bisignani, Director de Marketing y Comunicación Global de Aston Martin, explicó que el regreso a la cima de la F1 se combina con el lanzamiento del nuevo logo y la nueva identidad ‘Intensity. Driven’ aunque “manteniendo la elegancia y la sofisticación por las que nuestra marca y nuestros productos son venerados en todo el mundo y sumando a nuestra base de clientes, ferozmente leales, una nueva generación que suponen ya más del 60% de nuestras ventas actuales”.