La reciente decisión de la Comisión Europea de restablecer y ampliar los aranceles sobre motocicletas de origen estadounidense ha generado una fuerte oposición entre los fabricantes europeos de motos. La medida, que responde a los aranceles impuestos por EEUU sobre el acero y el aluminio europeo, amenaza con afectar gravemente a la industria de las dos ruedas a ambos lados del Atlántico, según las patronales del sector.
La Comisión Europea anunció que, a partir del 1 de abril de 2025, se aplicará un arancel adicional del 50% a todas las motocicletas estadounidenses de más de 500 cc. Además, en una segunda fase prevista para el 13 de abril, podrían añadirse a la lista todas las motocicletas de menos de 500 cc y las eléctricas, lo que amplificaría el impacto en la industria.
Rechazo del sector
La Asociación Europea de Fabricantes de Motocicletas (ACEM) ha manifestado su preocupación por la inclusión de las motocicletas en este conflicto comercial, subrayando que la industria del motociclismo es un sector altamente interconectado entre EEUU y la UE. Antonio Perlot, secretario general de ACEM, ha declarado: "Aunque reconocemos la necesidad de una respuesta equilibrada a los conflictos comerciales, las motocicletas no deben convertirse en un daño colateral en disputas comerciales más amplias".
En la misma línea, José María Riaño, secretario general de Anesdor, ha señalado que "no tiene sentido incluir las motocicletas en esta disputa comercial porque ambas partes salen perjudicadas". Además, destacó que España podría ser especialmente afectada, ya que el mercado estadounidense es clave para algunas especialidades como las motocicletas off-road y eléctricas.
Impacto económico y comercial
El sector de la motocicleta en Europa depende en gran medida del mercado estadounidense, tanto en términos de exportaciones como de inversiones cruzadas. Marcas europeas como BMW, Ducati y KTM tienen una fuerte presencia en EE.UU., mientras que firmas como Harley-Davidson e Indian Motorcycle cuentan con un mercado consolidado en Europa.
La imposición de aranceles podría generar un encarecimiento significativo de los productos, afectar a los consumidores y poner en riesgo miles de empleos en ambos continentes. Además, podría reducir la competitividad de las motocicletas en los respectivos mercados, debilitando la industria en su conjunto.
Petición de negociación
Ante esta situación, la industria europea de motocicletas ha instado a la Comisión Europea y a la administración estadounidense a alcanzar una solución negociada que evite la imposición de nuevos aranceles. Desde ACEM, Perlot ha insistido en que "nadie gana en las guerras comerciales" y ha pedido que se "vuelva a la razón" para evitar consecuencias perjudiciales para la industria y los consumidores.
La Comisión Europea, por su parte, ha dejado abierta la posibilidad de revertir estas medidas en cualquier momento si se logra un acuerdo con Washington. No obstante, ha señalado que la imposición de aranceles es una respuesta "proporcionada" al impacto económico de las tasas impuestas por EE.UU. al acero y al aluminio europeos.