El mercado automovilístico sigue sumido en la recesión, con unas ventas que todavía están muy por debajo de las que se registraban antes de la pandemia. Sin embargo, muchos compradores viven una aparente paradoja porque el tiempo que tienen que esperar para recibir su coche desde que hacen el pedido ha subido.
El tiempo mínimo para que un comprador reciba su turismo se ha incrementado hasta 27,70 días, cuando en 2019 era de 22,57 días, según los datos recopilados por el portal Dieselgasolina.com con la información facilitada por los propios usuarios.
El plazo máximo de la lista de espera para la entrega de un coche en España es ahora de 81,89 días frente a los 73,46 que se registraban en 2019, antes de la llegada de la pandemia y cuando se vendían bastantes más vehículos que en la actualidad. En 2017, el tiempo máximo de la lista de espera era todavía más bajo, de 69 días.
Más más rápidas y más lentas
Las marcas más rápidas en entregar el coche a sus clientes desde que estos realizan el pedido en firme en el concesionario son Kia (27,70 días), Ssangyong (31,38 días), Hyundai (31,77), Mazda (35,94) y Mitsubishi (40,74). A continuación aparecen Suzuki (42,67 días), Jeep (43,14), Seat (43,86), Nissan (44,53) y Citroën (46,82).
En el otro extremo, e de las marcas más tardonas, el ránking está encabezado por Subaru con 81,89 días) seguida de Mercedes (77,42 días), Land Rover (77,70), Volkswagen (68,91), Alfa Romeo (68,50), DS (66,50), BMW (66,26), Honda (65,04), Skoda (64,96) y Audi (64,91).
El aumento del tiempo de la lista de espera para recibir el coche comprado se produce en un mercado en el que las ventas en el periodo de enero a mayo están todavía un 36% por debajo de las del mismo periodo de 2019, antes del parón de la economía debido a la pandemia.
Efecto de los parones en fábricas
La mayor demora en la entrega de los vehículos coincide con los problemas que sufren las fábricas en todo el mundo para dar respuesta a los pedidos debido a la escasez de microchips, un componente cada vez más usual en los nuevos coches digitalizados y conectados. La mayor parte de fábricas están sufriendo parones o reducciones de la producción que retrasan los pedidos pendientes.
Un ejemplo es Seat, que, después de anunciar el cierre total de la planta de Martorell tres días a final de junio, indicó que su prioridad ahora es reducir el efecto de la falta de chips para dar respuesta a los clientes y los concesionarios "en el menor tiempo posible".