Los creativos de publicidad de los modelos de coches eléctricos se merecen un monumento. Tienen que lidiar con el reto de anunciar unos vehículos que cambian de precio en función de las ayudas públicas disponibles, que pueden ir desde cero euros a unos 10.000 en algunas comunidades autónomas. No querría verme en el pellejo de los publicitarios en un contexto de cortocircuito del nuevo plan Moves de subvenciones para, en teoría, incentivar a los compradores de vehículos eléctricos.
Más que incentivar, lo que provoca el arranque desordenado y desigual del plan Moves en función de las autonomías es desorientación e indignación en muchos consumidores que ven cómo ellos se quedan sin ayuda mientras los habitantes de la comunidad vecina sí tienen una sustanciosa subvención. El plan Moves ha arrancado con una mayoría de autonomías que han incumplido el plazo de dos meses para implementar el dispositivo para recibir y gestionar las solicitudes de subvención.
Pero no toda la culpa recae en las comunidades autónomas. El traspaso de la gestión del plan, en cumplimiento de la jurisprudencia, ha pillado por sorpresa a las autonomías y, en muchos casos, sin recursos humanos ni económicos suficientes para asumir el volumen de expedientes a tramitar. El Gobierno central tendrían que haber planificado mejor el traspaso de la gestión del Moves para evitar que el plazo de dos meses se quedara corto para su puesta en marcha en las autonomías.
Perjuicio al comprador
Nuevamente, España es diferente a otros países europeos más serios en la planificación de los estímulos a la movilidad eléctrica tan pregonada. Diferente pero a peor, con unas ayudas que aparecen y desaparecen como el Guadiana y que brotan y se esconden como las setas en función del territorio. Al final, el consumidor sale perjudicado al carecer de la seguridad y la previsibilidad imprescindibles para llevar a cabo una compra de un coche para el que se necesita tener mucha devoción y seguridad hoy en día.
Por todo ello, no es de extrañar que marcas como Nissan intenten superar el cortocircuito del mercado con ingeniosas campañas que prometen ayudas tanto si las da el Gobierno como si no y que en su página web intenten poner un poco de orden en el mapa de las subvenciones aunque sin mucho éxito al estar desfasado. "Actualmente esta comunidad autónoma no dispone de ninguna ayuda para la compra de un vehículo eléctrico. Te avisamos cuando se active la próxima ayuda en esta comunidad autónoma". Es el mensaje que se puede leer en todas las comunidades excepto en el País Vasco, que fue la primera en implantar las ayudas del plan Moves y las de su propio Renove.