La Copa del Rey ya ha llegado a Sevilla a la espera de que el nuevo campeón la levante este sábado. Mientras el Fútbol Club Barcelona y el Valencia Club de Fútbol preparan el encuentro y los aficionados hacen sus pronósticos, el trofeo ha salido de Madrid y ha recorrido 595 kilómetros en un coche de gas rumbo a Sevilla, aprovechando el trayecto para comprobar el ahorro en combustible y emisiones a bordo de este tipo de vehículos eficientes.
La copa, de plata de ley, con 9 kg de peso y 78 cm de altura, aguarda en la sede de la Real Federación Española de Fútbol en Las Rozas, Madrid. Viajará en el maletero de un Seat Arona TGI, el primer SUV del mundo que integra este combustible alternativo.
Pitido de inicio de partido
Una vez asegurado correctamente, el trofeo recorre los primeros kilómetros. La sensación de conducción de un coche con gas, en cuanto a prestaciones y potencia, es exactamente la misma que en uno de gasolina. La diferencia al conducir un coche de GNC es que las emisiones de CO2 se reducen en un 25% respecto a un coche de gasolina, y en hasta un 75% las de óxido de nitrógeno respecto a uno diésel. Un vehículo sostenible, con el que no hay que preocuparse por las restricciones por contaminación de las ciudades, Madrid en este caso.
En este trayecto Madrid-Sevilla encontramos seis gasineras, pero solo es necesaria una parada para repostar. El Seat Arona TGI tiene una autonomía de 400 km en su versión de gas. Cuenta además con un depósito de gasolina, al que solo recurre si se acaba el gas natural comprimido y que permite recorrer otros 160 km adicionales.
El trofeo llega al estadio Benito Villamarín, en Sevilla. 595 kilómetros con un coste en combustible de 21,20 euros, lo que supone un ahorro de 30 euros respecto al mismo trayecto en gasolina. La copa ya está preparada para el sábado. En poco más de 48 horas acabará alzada por el Valencia o el Barça, que seguro que jugarán también a todo gas.