El mercado de vehículos de ocasión logró frenar la caída en julio con una mejora del 5,3% alimentada por los turismos de Km 0 procedentes de los concesionarios y los más viejos. Alrededor de seis de cada 10 coches usados que se vendieron en el mes pasado tenían más de 10 años, una tendencia que el sector atribuye a la opción de muchos consumidores por minimar la inversión en un turismo ante las dudas existentes sobre la movilidad en las ciudades.
Las transferencias de vehículos usados subieron un 5,3 % en julio en comparación con el mismo mes de 2018, hasta 180.209 unidades, según datos de la consultora MSI para la patronal de los concesionarios, Faconauto.
Más diésel
En julio, el 59,4 % de las transferencias de coches usados correspondieron a modelos de más de 10 años, un 3,2 % más. Los coches de segunda mano de 0 a 3 años se incrementaron un 7,8% y los de 3 a 5 años, un 27%.
Del total de las transferencias registradas, el 18,9 % (34.015 operaciones) correspondieron a las transacciones de los concesionarios, con un incremento interanual en julio del 23,5 %. El combustible más demandado por los compradores volvió a ser el diésel, con el 62,7 % del total.
En el acumulado de los siete primeros meses, las ventas de vehículos de segunda mano han caído un 0,3 % respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, hasta 1.178.679 unidades. La previsión para el cierre de año se mantiene en 2,1 millones de ventas, lo que representaría un crecimiento del 3,5 %.
Mercado no saneado
El último diagnóstico efectuado por Faconauto sobre el mercado de vehículo de ocasión no ha variado con respecto a los anteriores. Recalca que ese mercado "tiene poca pinta" de que vaya a cambiar hasta que el vehículo nuevo "no varíe su tendencia" de caídas.
La patronal de los concesionarios reitera en una nota que "no se puede hablar de un mercado de ocasión saneado". Lo achaca a que los coches con más de diez años de antigüedad "deberían ir perdiendo peso" y constata que este hecho "no se está produciendo”.
