La deslocalización de las flotas de coches para empresas que huyen de Cataluña castigaron especialmente a varios municipios. La caída de las ventas de turismos en la comunidad del 2,8%, que convirtió a Cataluña en la única autonomía en la que se cerró el año pasado a la baja, se cebó en cinco pueblos que han pasado de ser paraísos fiscales a perder 16.000 matriculaciones de vehículos.
Lo que estaba advirtiendo el sector del automóvil se ha cumplido y ha perjudicado especialmente a las arcas de cinco ayuntamientos que, hasta ahora, concentraban las matriculaciones de coches de renting y para flotas de alquiler. La caída en las ventas registradas en Cataluña para clientes empresariales ha provocado la fuga de 16.000 matriculaciones y los impuestos asociados a esos vehículos que iban a cinco municipios. Con una media de unos 60 euros por vehículo, esos 16.000 coches suponen casi un millón de euros anuales que han volado de las arcas municipales.
A ese impacto económico hay que sumar el pago del impuesto de matriculación para los coches que superen los 120 gramos de CO2 por kilómetro, un tributo que ha dejado de ingresar la Generalitat.
Leve mejora en 2019
El incentivo que suponía el cobro de un impuesto de circulación bajo en esos municipios no ha sido suficiente para convencer a los gestores de flotas de coches para empresas, que han decidido matricular los vehículos en otras comunidades para esquivar el pago del futuro impuesto sobre el CO2 que prevé implantar la Generalitat.
"Los gestores de flotas que se concentran en unas pocas poblaciones de Cataluña han deslocalizado para evitar el anunciado impuesto que grava las emisiones de dióxido de carbono", afirman las patronales de concesionarios de Cataluña (Fecavem) y de Barcelona (Gremi del Motor) en su análisis del mercado en 2018.
Las patronales del sector reconocen que la deslocalización de matriculaciones de las compañías de renting y de alquiler en sucursales fuera de Cataluña se lleva a cabo aprovechando el principio jurídico de libertad de establecimiento mercantil. A pesar de la caída de las matriculaciones, los concesionarios no reciben directamente el impacto en el caso de las flotas de vehículos, según los concesionarios catalanes.
De cara a 2019, el sector prevé una leve mejora del mercado automovilístico catalán al pasar de 185.148 vehículos a 187.000, aunque Joan Blancafort, responsable de comunicación de Fecavem y del Gremi del Motor, advierte del efecto que tendrá "un eventual cambio de tendencia en el clima negativo entorno al automóvil" por la entrada en vigor del impuesto sobre emisiones, el encarecimiento de peajes o de los carburantes.