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Bugatti culmina el coche más caro de la historia

La Voiture Noir, el encargo de un cliente secreto, cuesta 11 millones sin impuestos y está inspirado en un modelo perdido en 1939

Bugatti Voiture Noir / BUGATTI

Ana Montenegro

09.06.2021 00:00h

4 min

Una francesa, Grabrielle (Coco) Chanel, inventó el vestido más atemporal, sencillo y sofisticado, la 'petite robe noir' (el vestidito negro). Siguiendo ese estilo tan francés, la Maison Bugatti ha concebido su modelo más caro y sofisticado, la Voiture Noir, que ya es una realidad.

Desvelado en el Salón de Ginebra de 2019, el último que se ha celebrado, y ganador del premio al mejor diseño en el Concurso de Elegancia Villa D’Este de ese mismo año (también el último por ahora) han sido necesarios dos años de trabajo, pandemia incluida, para hacer realidad el deportivo más sofisticado, exclusivo y caro de la historia, 11 millones de euros sin impuestos para una única unidad.

Stephan Winkelmann, presidente de Bugatti, ha resaltado que este proyecto único recoge “toda la creatividad e inspiración de una compañía que desde su creación, hace más de 110 años, ha estado impulsada por su espíritu pionero, su pasión por la perfección y su deseo de superar constantemente los límites”.

Misterio de Bugatti

El nombre Voiture Noir evoca también uno de los misterios de la historia de Bugatti y hace referencia a una de las cuatro unidades del Type 57 SC Atlantic que se fabricaron entre 1935 y 1939. Jean Bugatti, hijo del fundador de la empresa, diseñó y pilotó el que se consideró en su momento el automóvil más perfecto y rápido del mundo. Estaba fabricado en aluminio y una de las unidades, la de Jean, se pintó de color negro. Despareció antes de la II Guerra Mndial y no se ha vuelto a encontrar nunca convirtiéndose en uno de los grandes misterios del automóvil. De las tres unidades restantes, una está en la colección de Ralph Laurent.

El exclusivo descendiente en el siglo XXI coincide con su antecesor por ser un coupé minimalista y sofisticado en el que no hay u gran spoiler trasero. El diseño es sencillo y limpio y está vestido con una carrocería de carbono negro intenso, protegido con un barniz transparente. El parabrisas se prolonga en las ventanas laterales dando la sensación de que es un casco.

En estos 24 meses de preparación y desarrollos se ha trabajado sobre esta única unidad como con cualquiera de los superdeportivos de Bugatti. Pierre Rommelfanger, director de proyectos de construcción de carrocerías, desveló que la empresa trabajó durante este tiempo en un prototipo que se probó siguiendo los estrictos controles de calidad de Bugatti. “Después de rigurosas simulaciones, las pruebas se han llevado a cabo en un túnel de viento, en bancos de pruebas y en circuitos a diferentes velocidades. Los cambios en la carrocería, refrigeración, control de temperatura, ruedas y distancia entre ejes dan como resultado un nuevo equilibrio que se ajusta perfectamente”, explica. 

1.500 caballos de potencia

El corazón de esta Voiture Noir es un motor de ocho litros, como el del Chiron, con 16 cilindros en W y sobrealimentado con cuatro turbos que desarrolla una potencia de 1.500 caballos con un par máximo de 1.600 Nm. El cambio es un DSG de siete velocidades que engrana de forma super rápida. Lleva también unos neumáticos Michelin específicos para mantener las mejores prestaciones con una velocidad máxima que puede llegar a los 400 km/h. El consumo medio también está en línea, 22,3 litros a los 100 km y las emisiones de CO2 llegan a los 505,6 gr/km con una etiqueta energética G, pero es lo que tienen las joyas de lujo, no son fáciles de usar. 

Obviamente esta unidad está llena de detalles extraordinarios. Incluidos los faros delanteros, cada uno de ellos con 25 luces que se han pulido una a una. La trasera está definida por un único faro fluido que recorre toda la zaga y seis salidas de escape.

El interior, en el que se ha trabajado con el misterioso propietario y está hecho a medida, se ha utilizado para las tapicerías y los guarnecidos piel flor de color marrón ‘Havana’, que es suave y resistente. El diseño se inspira en el modelo original del siglo XX pero con inserciones de aluminio pulido y una palana de cambios hecha en madera de palisandro. El objetivo, como ha puesto de relieve Winkelmann, es “respetar la tradición y la creatividad de Francia y de Bugatti” y hacer el deportivo más eficiente y rápido paro también el más cómodo, incluso para un viaje largo, por ejemplo de Molsheim a Milán. 

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