La cotización de las acciones de Volkswagen se ha convertido en un problema y una amenaza para el fabricante automovilístico alemán. Casi un año después de su nombramiemtto como presidente y consejero delegado, Oliver Blume ha presentado un plan enfocado a conseguir la remontada del Grupo Volkswagen en la bolsa. Blume ha ofrecido a los inversores un objetivo de rentabilidad del 11% hasta 2030, que reportaría más dividendos, y el ahorro que supondrá el abandono de las inversiones en motores de combustión como principal aliciente para intentar dar la vuelta a la tendencia bajista de las acciones.
El Grupo Volkswagen se ha fijado como objetivo lograr que su margen de rentabilidad sobre las ventas crezca hasta llegar a una horquilla de 9% al 11% para 2030 profundizando en el enfoque que le ha reportado grandes beneficios desde la pandemia de priorizar el "valor sobre volumen". Queda atrás la vieja obsesión por ser el primer fabricante automovilístico del mundo, un lugar que ha perdido en los últimos ejercicios en favor de Toyota.
Blume descentraliza la responsabilidad
Sin embargo, Oliver Blume no descuida el crecimiento en volumen con unos aumentos previstos de las ventas del 5% al 7% de promedio anual hasta 2027, mientras que a partir de ese año espera un aumento alineado con los desarrollos de la industria. "Hemos realineado al Grupo Volkswagen estratégica y tecnológicamente. La orientación al cliente, el espíritu emprendedor y el espíritu de equipo determinan nuestras acciones. Los objetivos de rendimiento estratégicos y ambiciosos con programas de desempeño estructurados fortalecen nuestra solidez financiera", ha asegurado Blume en su discurso ante los analistas financieras que siguen con lupa la evolución de la compañía.
Para conseguir los ambiciosos objetivos de mejora de rentabilidad, Blume, que también es presidente de Porsche, ha presentado un nuevo modelo que descentraliza las responsabilidades a los equipos directivos de las marcas del grupo. "Nuestro nuevo modelo de dirección se basa en los principios de rentabilidad, costes fijos más bajos e inversión disciplinada, para hacer fuertes grupos de marcas y de plataformas tecnológicas", ha asegurado el director financiero del grupo, Arno Antlitz. Unos días antes, la marca Volkswagen rompió el hielo anunciando sus objetivos de mejora de rentabilidad y ventas.
Nuevos grupos de marcas en VW
Meses después de realinear a sus marcas en grupos con intereses afines, ahora Blume les cambia el nombre: Core, que incluye a Volkswagen, Skoda, Seat/Cupra y Volkswagen Vehículos Comerciales; Progressive, en el que estará Audi, Bentley y Lamborghini; Sport Luxury, con Porsche y Trucks, con la rama de Trucks & Bus.
Las inversiones globales del Grupo Volkswagen para los próximos cinco años se han fijado en 180.000 millones de euros y tendrá como ejes las plataformas de vehículos, baterías, software y servicios de movilidad. El grupo ha indicado que el abandono de las inversiones en motores de combustión permitirá reducir el esfuerzo inversor por debajo del 11% para 2027 y en torno al 9% en 2030.
La herida de VW en bolsa
La estrategia para fortalecer Volkswagen incluye también una especial atención a dos mercados prioritarios como China y Norteamérica. Su objetivo para 2030 es que todos los productos fabricados en China jueguen un papel clave para el país, mientras que en América del Norte, la intención del grupo es expandir "significativamente" su participación en el mercado, con inversiones en nuevos vehículos eléctricos o una fábrica de celdas de baterías en Canadá, así como el relanzamiento de la marca Scout con vehículos totalmente eléctricos que se fabricarán en una planta de Carolina del Sur. El grupo VW tuvo el año pasado una cuota de mercado en Norteamérica del 5 %; en China, del 15 %, y en Europa, del 23 %.
Pero la herida de Volkswagen en bolsa es profunda por lo que los anuncios de Blume no han causado un alivio en su cotización, que cae alrededor de un 6% en cinco días y un 15% en un año. La buena noticia es que el valor de la acción de Volkswagense ha recuperado más de un 6% en los últimos seis meses. Como consecuencia de la bajada en la cotización acumulada, la capitalización bursátil de Volkswagen se ha quedado por debajo de 70.000 millones de euros.