El adelanto del veto a los coches de combustión en 2035 que propone la Comisión Europea acaba de pasar un nuevo filtro. La comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha aceptado la nueva fecha límite para los vehículos de gasolina, diésel e híbridos, que supone avanzar cinco años el plazo inicialmente previsto de 2040.
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La propuesta ha sido aprobada por los eurodiputados en una votación con un resultado ajustado de 46 votos a favor, 40 en contra y dos abstenciones y tendrá que ser ratificada en el próximo pleno del Parlamento Europeo de junio antes de que puedan iniciarse las negociaciones con los 27 países miembros de la Unión Europea.
El cerco a la movilidad basada en los combustibles fósiles prevé un objetivo intermedio de reducción del 55% de las emisiones contaminantes de los nuevos coches y furgonetas en 2030 y una reducción a cero cinco años después.
Eliminar incentivos
En el acuerdo aprobado por la comisión del Parlamento Europeo se incluye también la propuesta de eliminar el mecanismo de incentivos para vehículos de emisión cero y baja al considerar que ya no cumple el propósito original. Además, los parlamentarios piden que la Comisión Europea presente a finales de 2025 un informe sobre los progresos hacia el objetivo de cero emisiones en la movilidad por carretera y continúe con una evaluación anual a partir de entonces, atendiendo también al impacto en los consumidores y el empleo, el nivel de uso de energías renovables, así como información sobre el mercado de segunda mano.
También encargan a Bruselas un informe para finales de 2023 que detalle la necesidad de financiación específica para garantizar una transición justa en el sector del automóvil, con el objetivo de contener el efecto negativo en el empleo y otros impactos económicos.
Finalmente, abogan por establecer el próximo año una metodología clara con la que evaluar el ciclo de vida completo de las emisiones de CO2 de los automóviles y furgonetas comercializados en el mercado de la UE, así como los combustibles y la energía consumidos por estos vehículos.
De Meo alerta de empleos en peligro
Unos días antes, el consejero delegado de Renault, Luca de Meo, consideró que las nuevas regulaciones de la Unión Europea sobre emisiones de vehículos ponen en riesgo hasta 70.000 empleos en Francia si no se aplaza su entrada en vigor. El ejecutivo indicó, en un evento organizado por el diario británico 'Financial Times', que las nuevas reglas afectarán a los fabricantes de vehículos, haciendo que estos sean más caros, implicarán mayores costes por inversiones y, en última instancia, repercutirán en la demanda de los consumidores.
"Hablando del entorno francés y su ecosistema, creo que la transición probablemente cueste entre 50.000 y 70.000 puestos de trabajo", ha subrayado De Meo. "Mi postura es que este tipo de reglas no serán una gran ventaja en términos de impacto, pero añadirán muchos costes a los coches innecesariamente", ha agregado.
La nueva normativa Euro 7, más exigente en la reducción de emisiones como paso previo a su eliminación, no entrará en vigor hasta el año 2025. Pese a ello, el ejecutivo ha pedido "un poco más de tiempo" para gestionar la implementación de estas nuevas normas "sin crear daños colaterales". "Queremos asegurarnos de que la gente se pueda permitir comprar nuevos vehículos asequibles. Si no ralentizamos las regulaciones, la gente se seguirá comprando coches usados y mantendrá los coches viejos en circulación", alertó De Meo.
Regulación de los camiones
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha pedido a los eurodiputados que apoyen el establecimiento de un sistema sólido de tarificación del carbono que incluya el transporte por carretera en vísperas de la votación de la semana que viene en la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo sobre el Régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea.
El sistema de comercio de emisiones para edificios y transporte por carretera (ETS2) propuesto es una herramienta política "clave" para descarbonizar el transporte por carretera. Sin él, los esfuerzos generales para reducir rápidamente las emisiones, especialmente en el sector del transporte de mercancías por carretera, no pueden ser eficaces, según la asociación.
"Sólo con el firme apoyo de un marco político que establezca un precio para el carbono, será posible animar e incentivar a los operadores de transporte comercial para que elijan vehículos de bajas y cero emisiones en lugar de los convencionales con motor diésel", ha señalado el consejero delegado del grupo Volvo y presidente del consejo de Vehículos Comerciales de ACEA, Martin Lundstedt.