Primero fue la pandemia, luego la crisis de los microchips junto a la subida de precios en la logística y las materias primas y ahora llega una nueva amenaza para la automoción. La guerra desencadenada en Ucrania por la invasión de Rusia está impactando directamente en la cadena de suministros de la automoción. El problema es, en esta ocasión, la escasez de los mazos de cableado que ensamblan en Ucrania, que han llevado a Volkswagen a preparar la reducción de producción e incluso el cierre de sus principales fábricas de Alemania.
Las primeras fábricas en sufrir las consecuencias de las restricciones de componentes han sido las dos especializadas en vehículos eléctricos de Zwickau y de Dresde, que hasta ahora habían esquivado el impacto más duro de la crisis de los microchips. Pero la dirección de Volkwagen ya ha avanzado a su plantilla que prevé un empeoramiento rápido de los efectos de la guerra de Ucrania en otras factorías de Alemania.
Las siguientes plantas en notar los efectos de la falta de los mazos de cableado serán la de Hannover y, a partir de la semana que viene, la megafábrica de Volkswagen en la sede central de Wolfsburg. La siguiente en verse afectada podría ser la de Emden, según afirma el grupo alemán en una comunicación a la plantilla a la que ha tenido acceso Coche Global.
Extensión a otras plantas
"Tenemos que contar con restricciones de producción a partir de la semana que viene, escalonadamente en las diferentes líneas", asegura la compañía, que advierte de que "en la semana 11 -la de mediados de marzo- según el estado actual, no podremos producir en Wolfsburg".
Pero la paralización de esas fábricas, incluida la de Wolfsburg, la mayor del grupo con una capacidad para 700.000 vehículos al año, puede complicarse todavía más debido al impacto en las plantas de componentes que tiene directamente Volkswagen y que suministran a otras factorías y marcas del consorcio. "Igualmente afectadas están nuestras fábricas de componentes. A raíz de los compromisos de suministro entre marcas y regiones surgen imágenes diferenciadas, por lo que las correspondientes producciones han de planificarse por separado", advierte Volkswagen en la comunicación. La carta a la plantilla está firmada por los responsables de personal y compras de la marca Volkswagen, Gunnar Kilian y Murat Aksel, respectivamente, y por Daniela Cavallo, la presidenta del comité de Empresa del grupo alemán.
Seat se libra por ahora
Esa foto diferente mencionada por los directivos y la responsable sindical de Volkswagen se debe a que hay marcas que tienen otros proveedores de los mismos componentes que ahora están atrapados en Ucrania. En Seat, por ejemplo, la mayor parte de los mazos de cableado se compran en Marruecos, por lo que no se verá afectada directamente, según fuentes próximas a la compañía. Sin embargo, el presidente del comité de empresa, Matías Carnero, alertó del riesgo de que la factoría de Martorell se vea salpicada por la nueva crisis de suministro de componentes.
El grupo Volkswagen también comunica a sus empleados que ha tomado la decisión de hacer una primera donación de un millón de euros para ayuda a refugiados de Ucrania de la ONU. Además, la compañía está organizando la recogida de donaciones por parte de los empleados.
Al mismo tiempo, Volkswagen ha anunciado que ha decidido parar la producción de vehículos en Rusia hasta nuevo aviso, como consecuencia del "ataque de Rusia a Ucrania", según ha informado este jueves en un comunicado. La decisión, tomada por el comité ejecutivo del consorcio Volkswagen, afecta a los centros de Kaluga y Nizhny Novgorod. Asimismo, la compañía también ha decidido suspender las exportaciones de vehículos al país "con efectos inmediatos".
