Hakan Samuelsson, el consejero delegado de Volvo Cars, no podía imaginar una despedida mejor. El directivo ha presentado unos resultados, los últimos antes de ceder el testigo a Jim Rowan en marzo, que sitúa a Volvo al margen de los problemas que sufre el sector automovilístico. Volvo Cars ganó en 2021 un 82% más en un año marcado por el racionamiento de los microchips.
El beneficio neto de Volvo Cars se situó en 14.177 millones de coronas suecas (1.338 millones de euros al cambio actual) el año pasado, según las cifras publicadas por la compañía. "El 2021 fue un año para estar orgullosos. A pesar de la persistente escasez de suministro de componentes en la industria automovilística, aumentamos la cuota de mercado a nivel mundial y conseguimos unos ingresos y una rentabilidad sin precedentes", subrayó Hakan Samuelsson.
La firma automovilística sueca, controlada por el grupo chino Geely, obtuvo en 2021 una cifra de negocio de 282.045 millones de coronas (26.624 millones de euros), un 7,29% de progresión si se compara con el mismo periodo del año anterior, mientras que en todo el mundo, Volvo Cars vendió el año pasado 698.700 vehículos, lo que supone un crecimiento del 6%. Asimismo, su beneficio operativo su multiplicó por dos, con un crecimiento del 138%, hasta los 20.275 millones de coronas (1.913 millones de euros).
Problemas en 2022
De cara a 2022 y en previsión de que la escasez de semiconductores siga siendo un factor de restricción, desde la multinacional escandinava estiman que la producción mejore gradualmente, pero las entregas a clientes particulares por el momento siguen siendo inferiores a las del año anterior.
"Al mismo tiempo, seguimos observando una fuerte demanda de los clientes y esperamos que los coches eléctricos crezcan más rápido que el mercado en general. Esto debería permitirnos seguir aumentando el volumen de ventas en 2022", señaló el consejero delegado.