El dieselgate tiene algunas secuelas sorprendentes. Como por ejemplo la demanda presentada por Volkswagen contra un exdirector del FBI. La marca automovilística acusa a Louis Freech de vender a los propietarios de coches afectados secretos sobre el escándalo de manipulación de los motores que logró cuando estuvo a punto de trabajar para Volkswagen.
Volkswagen quiere impedir que el antiguo director del FBI Louis Freeh represente a los propietarios de un vehículo diésel en el juicio que se va a celebrar en San Francisco contra el grupo automovilístico alemán. La revista económica "Business Insider" informa de que Freeh ofreció sus servicios de abogado a Volkswagen en el escándalo por la manipulación de las emisiones de vehículos con un motor diésel, y que después se puso a trabajar para la otra parte.
Traición a la confidencialidad
Por ello Volkswagen quiere impedir mediante una resolución judicial que Freeh represente a propietarios de un automóvil con motor de gasóleo porque se produciría una traición de la confidencialidad porque Freeh estuvo a punto de ser contratado como asesor por VW en 2015.
Freeh realizó labores similares de asesoramiento en el caso de sobornos de Daimler y en la catástrofe petrolífera de BP en el golfo de México. Pero en el caso de VW se encontró con la oposición del comité de empresa de la compañía porque sus reivindicaciones salariales eran demasiado elevadas y ofreció sus servicios a los demandantes, los propietarios de vehículos.
Volkswagen considera que Freeh ha utilizado o, incluso, vendido información confidencial interna de las negociaciones con las compañías y por ello ha presentado una instancia de 28 páginas en el Tribunal Federal de San Francisco para que Freeh sea excluido del proceso judicial.