Industria

La UE vota los aranceles a China dividida y a cara de perro

La UE afronta la votación de los aranceles a China con una profunda división en la que puede ser decisivo el giro de España hacia el bloque en contra

Contenedor abierto de vehículos de China / PORT DE BARCELONA

Contenedor abierto de vehículos de China / PORT DE BARCELONA

Toni Fuentes

02.10.2024 22:55h

3 min

Los aranceles que impuso de forma provisional la Comisión Europea a los coches eléctricos importados de China pasa este viernes otra prueba de fuego. Los países miembros de la Unión Europea afrontan la votación sobre los aranceles con una profunda división y un evidente enfrentamiento entre los bloques a favor y en contra. En ese contexto, el voto de España, que se espera que cambie de signo, puede convertirse en decisivo.

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La proximidad a la fecha de la votación, que ha sido pospuesta varias veces y cuya trascendencia ha sido diluida, ha hecho que los nervios estén a flor de piel como ha demostrado un choque dialéctico, aunque en diferido, entre Olaf Scholz y Emmanuel Macron, los líderes de los países contrarios y favorables, respectivamente, a los aranceles. 

De la votación dependería, sobre el papel, que los aranceles provisionales se conviertan en definitivo por un periodo de cinco años. La votación, de la que se ha insinuado que tampoco sería la posición final a la espera de la negociación entre la UE y China, requiere para que salga adelante un 55% de los Estados miembros (15 países) que representen a un 65% de la población global. 

Emmanuel Macron y Elon Musk, en París / TWITTER EMMANUEL MACRON

Emmanuel Macron y Elon Musk, en París / TWITTER EMMANUEL MACRON

A favor y en contra de los aranceles

De momento, Francia, Grecia, Italia y Polonia votarán a favor, con lo que suman el 39% de la población de la UE. En una primera votación preliminar que se llevó a cabo en julio, Alemania y otros diez países se abstuvieron, mientras que Hungría, Eslovaquia, Malta y Chipre votaron en contra de los aranceles. 

En esa primera votación, España se alineó con el bloque a favor que encabeza Francia. Sin embargo, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció hace unas semanas, durante una visita a China, que el Ejecutivo estaba reconsiderando su posición en el conflicto arancelario. 

Ese cambio fue solicitado por numerosos fabricantes automovilísticos europeos, especialmente por Seat, que alertó del impacto negativo que tendrían los aranceles sobre el nuevo modelo eléctrico Cupra Tavascan y, de rebote, sobre la viabilidad de la compañía y de la factoría de Martorell. El CEO de la compañía, Wayne Griffiths, indicó hace unos días que las negociaciones con Bruselas continuaban mediante la aportación de documentación aunque reconoció que la votación de los países de la UE podía ser clave.

El canciller alemán, Olaf Scholz, en una planta de baterías de Volkswagen / VW

El canciller alemán, Olaf Scholz, en una planta de baterías de Volkswagen / VW

Choque entre Macron y Scholz

En vísperas de la votación, Macron y Scholz defendieron con contundencia sus posturas. "Cuando actúas en el mismo mercado con gente que compite contigo con tanto nivel de subsidios que hacen que el mercado esté desequilibrado para tus empresas, tienes que corregirlo. Por eso apoyo la iniciativa de la Comisión Europea sobre los vehículos eléctricos de China", aseguró el presidente francés.

"Hace 25 años pensábamos que China respetaría las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), no es el caso y, en 2022, Estados Unidos decidió no cumplir con la OMC con su legislación sobre la inflación. Cuando Estados Unidos y China no respetan las reglas, no debemos ser los únicos que lo hagan", agregó. "No estoy invitando a ser proteccionista, el mundo proteccionista es feo, pero por lo menos deberíamos ser justos con nuestras industrias, con nuestros granjeros y nuestra gente, lo que significa preservar el equilibrio".

Unas horas antes, Scholz defendió la posición en contra de los aranceles. "Se cavan zanjas y se levantan muros por doquier. El objetivo es contrarrestar los riesgos -y, en última instancia, la competencia extranjera- estrechando cada vez más el círculo de socios comerciales". "Por supuesto, tenemos que proteger nuestra economía de las prácticas comerciales desleales. Tenemos que insistir en la igualdad de condiciones. Hay disputas, incluso de larga duración, pero nuestra reacción como UE no debe llevarnos a perjudicarnos a nosotros mismos".

La Comisión Europea rebajó su propuesta inicial de aranceles con una escala en función del nivel de subvenciones públicas que hayan recibido de Pekín las marcas chinas.

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