En plena tensión comercial con EEUU, la Unión Europea y China negocian un acercamiento que pasa por encontrar una vía alternativa a los aranceles europeos a los coches eléctricos chinos. La noticia, que puede sacudir el tablero geopolítico mundial, se ha conocido coincidiendo con el viaje oficial del presidente español, Pedro Sánchez, a su homólogo chino, Xi Kinping, en Pekín, lo que ha generado críticas y amenazas en el Gobierno de Donald Trump.
La propuesta sobre la mesa es en sí misma un reto: un sistema de precios mínimos acordados para los vehículos eléctricos fabricados en China a la venta en Europa, una fórmula que podría sustituir los aranceles de hasta el 45,3 % impuestos por la UE en 2024.
La apertura formal del diálogo fue confirmada por un portavoz de la Comisión Europea tras una conversación mantenida entre el comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, y el ministro de Comercio chino, Wang Wentao. Ambas partes han acordado explorar esta fórmula, conocida como compromisos de precios, como un instrumento alternativo que permita reducir tensiones y estabilizar el mercado.
Pragmatismo frente al proteccionismo
Aunque estos compromisos se han utilizado anteriormente para productos simples como el acero o los paneles solares, nunca se han aplicado a un bien tan complejo como un automóvil. Aun así, Bruselas considera que, si son “efectivos y ejecutables”, podrían evitar mantener aranceles que afectan especialmente a marcas chinas como BYD (17,0 %), Geely (18,8 %) y SAIC (35,3 %), además del 10 % general sobre importaciones.
Además, la solución podrñia beneficiar también a algunos modelos de marcas europeas fabricados en China que también se han visto afectados por los aranceles. Uno de ellos es el Cupra Tavascan, un modelo clave en la estrategia de electrificación de la marca.
El Ministerio de Comercio de China ha anunciado que las negociaciones empezarán “de inmediato”. El objetivo es evitar una escalada comercial que ya ha tenido efectos colaterales en otros sectores, como el del coñac francés, víctima de represalias chinas tras las decisiones europeas.
España, actor clave en el nuevo eje UE-China
La negociación coincide con el viaje del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a China, en una visita oficial que ha incluido encuentros de alto nivel con el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Qiang, y que ha dejado siete acuerdos bilaterales para facilitar el comercio de productos sanitarios, alimentarios y cosméticos, así como reforzar la cooperación en ciencia, cultura, educación y energía verde.
Durante su estancia en Pekín, Sánchez ha destacado la necesidad de “unas relaciones económicas equilibradas, con diálogo, reciprocidad y armonía”, subrayando el papel de España como país europeísta que apuesta por el entendimiento con China dentro del marco comunitario.
El viaje también ha tenido un marcado componente económico: el presidente se reunió con una docena de empresas chinas interesadas en invertir en España, en sectores estratégicos como la automoción, baterías y energías renovables. Sánchez aprovechó para destacar proyectos recientes como las inversiones de CATL en Zaragoza o el anuncio de Chery en Barcelona, e invitó a las compañías presentes a considerar España como una plataforma industrial y exportadora para toda Europa.
Un equilibrio delicado: evitar la fractura comercial
La patronal automovilística alemana VDA, muy crítica con los aranceles, ha celebrado el inicio de las negociaciones y ha pedido una solución pactada. Alemania, donde un tercio de las ventas de los fabricantes proviene de China, ha sido uno de los países más afectados por la amenaza de una guerra comercial a gran escala.
En este contexto, el esfuerzo diplomático de Bruselas y el impulso bilateral de Madrid se entrelazan en una estrategia común: reducir fricciones, fomentar la inversión y estabilizar el comercio internacional en un momento de gran incertidumbre global. El regreso a la mesa de negociación marca una tregua aún frágil, pero que puede abrir la puerta a un nuevo entendimiento comercial en la era del vehículo eléctrico coincidiendo con las barreras en EEUU.