La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha vuelto a poner el sector del automóvil en el ojo del huracán como uno de los más perjudicados. Las acciones de los principales fabricantes de vehículos sufrieron fuertes caídas en la bolsa superiores al 4% en algunos casos. La nueva escalada en las hostilidades comerciales ha llevado a Donald Trump a plantear la exigencia de que las empresas norteamericanas se vayan de China, algo imposible de cumplir para la mayor parte de multinacionales que producen y venden en el país asiático.
La decisión de China de imponer un arancel del 25 % a los vehículos estadounidenses vuelve a colocar al sector del automóvil de Estados Unidos en el centro de la diana de la creciente guerra comercial entre los dos países. Las autoridades de Pekín anunciaron hoy 75.000 millones de dólares en aranceles a productos estadounidenses incluido un gravamen del 25 % de los vehículos importados desde Estados Unidos y que entrará a vigor el 15 de diciembre. Además, las importaciones de componentes para la fabricación de vehículos recibirán un arancel del 5 %.
Arancel aplazado
La tasa a los automóviles ya había sido anunciada en la ronda inicial de represalias que China adoptó contra EEUU, pero suspendió la medida en abril de este año de cara a las negociaciones comerciales entre los dos países. Pero tras el anuncio del presidente Donald Trump de que su país impondrá 300.000 millones de dólares en aranceles a China en los próximos meses, Pekín ha decidido recuperar el arancel del 25 % a los automóviles importados de EEUU.
Aunque la medida va a tener un impacto desigual entre los fabricantes que producen en EEUU e inicialmente los más perjudicados van a ser Ford y Tesla, las acciones de las principales firmas automovilísticas se vieron negativamente afectadas por las noticias. Los aranceles se suman a la bajada en los últimos meses de las ventas de automóviles en China por la ralentización de su economía, que ya ha empezado a afectar a las cuentas de resultados de los fabricantes estadounidenses.
Además, compañías como GM y Volvo, que producen en China vehículos para su exportación a Estados Unidos, ya están sufriendo las consecuencias de la imposición por parte de Washington de aranceles del 25 % a los todocaminos SUV que fabrican en sus plantas del país asiático. Ford y Tesla son los dos principales exportadores de vehículos al mercado chino y aunque China es para GM su principal mercado, superando a Norteamérica, el fabricante estadounidense ha localizado desde hace tiempo la mayoría de su producción en el país asiático.
Inversiones de Tesla y Ford
En estos momentos, Tesla, que prepara su primera planta de montaje en Shanghai, produce todos sus vehículos en su factoría californiana de Freemont. Mientras, Ford, que en 2018 vendió 752.000 vehículos y que es el mayor exportador de automóviles fabricados en EEUU a China, solicitó en un comunicado que negocien para evitar las barreras comerciales. "Es esencial que estas dos importantes economías trabajen de forma conjunta para avanzar en un comercio equilibrado y justo", afirmó Ford.
Los otros dos fabricantes que se verán más afectados por los aranceles son las marcas alemanas Mercedes-Benz y BMW, que destinan gran parte de los vehículos que producen en Estados Unidos a China. De hecho, los dos productores alemanes fabrican en territorio estadounidense varios de los vehículos de más ventas en China, como los BMW X4 y X5 o los Mercedes-Benz GLE y GLS.