Toyota batió su propio récord de beneficio y el de las empresas japonesas en el último año fiscal, que acabó en marzo pasado. El número uno mundial del automóvil recibió el impulso del viento de cola a favor del mercado y de su especialización en los vehículos híbridos no enchufables, los más demandados en muchos países por encima de los coches 100% eléctricos.
Toyota Motor logró un beneficio neto de 4,94 billones de yenes (29.671 millones de euros), lo que supone un aumento del 101,7%. El resultado operativo subió un 96,4% y llegó a 5,32 billones de yenes (32.120 millones de euros). La facturación escaló hasta 45,09 billones de yenes (270.593 millones de euros), un 21,4% más.
Más híbridos no enchufables
Las cifras récord de Toyota se beneficiaron del tipo de cambio favorable al yen y del aumento de las ventas mundiales, hasta 10,30 millones de vehículos (+7,3%), que consolida al grupo como el primer fabricante mundial con una composición más favorable, lo que repercutió en que el margen de rentabilidad casi se haya doblado al pasar de un 6% a un 11%. unidades, un 7,3 % más con respecto a un año antes. Y ello a pesar del cese temporal de producción de la filial Daihatsu por problemas de homologación de sus vehículos ya resueltos.
La apuesta y especialización de Toyota en los vehículos híbridos no enchufables, el grado de electrificación más bajo, ha jugado a favor de la compañía al aprovecharse de la fuerte demanda de estos coches en muchos mercados en los que los eléctricos puros van a un ritmo más lento.
Del total de vehículos comercializados por Toyota Motor, 3.855.000 (un 37,5%) fueron modelos híbridos, un 7,8% más. En cambio, solo 116.500 vehículos vendidos fueron totalmente eléctricos, lo que representa apenas un 1%. En el actual año fiscal, Toyota espera aumentar sus ventas de eléctricos de forma modesta, hasta las 171.000 unidades.
Híbridos, eléctricos y combustión
Koji Sato, presidente de Toyota, defendió la apuesta por la “materialización de soluciones de múltiples vías”, en la que la adopción de vehículos eléctricos de batería era la "pieza perdida" para la compañía. "Nuestro desafío de crear una nueva arquitectura de vehículo que avanza gracias a la tecnología" aplicable al desarrollo de vehículos híbridos y de otro tipo en "una gama diversa de vehículos de múltiples vías", añadió Sato.
"Seguiremos trabajando con determinación en el futuro del motor de combustión interna. Incluso en un futuro en el que la energía se centre en la electricidad y el hidrógeno, planeamos continuar avanzando activamente en los motores de próxima generación, con miras al uso de e-fuels y otros combustibles líquidos", advirtió el presidente de Toyota, que se desmarca de muchos de sus colegas en la automoción que han anunciado el cese de inversiones en nuevos desarrollos de motores de combustión.
Toyota ya ha anunciado que no prevé repetir el año extraordinario en 2025, ya que espera un descenso superior al 20% en sus resultados. La compañía prevé reforzar sus inversiones en su apuesta multinergética y en otros aspectos como la plantilla y los suministros. "Haremos inversiones para proteger firmemente la cadena de suministro", dijo Koji Sato, que añadió: "Aunque nuestras operaciones se llevan a cabo de manera muy eficiente, hay muchas cosas que todavía necesitan cambiar hasta cierto punto".