Industria

Toyota invertirá casi 2.000 millones en su propia planta en Shanghái

El grupo japonés Toyota da un paso clave en su estrategia en China al al construir su primera planta 100% propia en el país para eléctricos de Lexus

Estudio de la nueva plataforma de eléctricos de Toyota / TOYOTA

Estudio de la nueva plataforma de eléctricos de Toyota / TOYOTA

Redacción Coche Global

23.04.2025 20:52h

2 min

Toyota refuerza su ofensiva eléctrica en China, el mayor mercado del mundo, con una inversión de 1.940 millones de dólares (14.200 millones de yuanes) para levantar una nueva planta en Shanghái. El acuerdo, firmado este martes con el Gobierno municipal, marca un hito para la compañía japonesa: será su primera fábrica de vehículos totalmente de su propiedad en China, y la segunda en el país bajo este modelo tras la gigafactoría de Tesla.

La nueva instalación, que se ubicará en el distrito de Jinshan, al sur de Shanghái, se dedicará a la fabricación de vehículos eléctricos e híbridos enchufables bajo la marca de gama alta Lexus. Incluirá también actividades de investigación, desarrollo y comercialización, con el foco puesto en ganar terreno en un mercado dominado por rivales locales con propuestas eléctricas cada vez más competitivas.

Vehículos y baterías

La construcción de la planta comenzará en junio de este año, y está previsto que los primeros vehículos salgan de la línea de producción en 2027, según informaron medios chinos como el diario económico Yicai.

Además de ensamblar vehículos, la fábrica fabricará también baterías de última generación diseñadas por Toyota, con el objetivo de reducir costes y mejorar la eficiencia energética de sus modelos. Esta decisión apunta a reforzar la posición tecnológica de la firma japonesa, en un entorno donde la innovación en baterías se ha convertido en un factor clave de competitividad.

Cambio de estrategia en China

Hasta ahora, Toyota había operado en el gigante asiático mediante joint ventures con fabricantes locales como FAW Group y Guangzhou Automobile Group, un modelo habitual entre fabricantes extranjeros para cumplir con las normativas de inversión de China. Pero con la liberalización del sector, la compañía apuesta por una estructura de control total para ganar agilidad y control sobre sus operaciones en un mercado en rápida transformación.

Este movimiento llega en un momento delicado para las marcas extranjeras, que en los últimos años han perdido cuota de mercado frente a fabricantes chinos, como BYD, NIO o Geely, que ofrecen vehículos eléctricos más accesibles y adaptados a los gustos locales.

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