Toyota obtuvo un beneficio neto de 682.974 millones de yenes (5.761 millones de euros) durante el primer trimestre del año fiscal japonés, lo que supone un aumento del 3,9% interanual. En dicho periodo, entre abril y junio, el beneficio operativo de Toyota ascendió a 741.951 millones de yenes (6.258 millones de dólares), un 8,7 % interanual más.
El fabricante facturó 7,64 billones de yenes (64.492 millones de euros), lo que marca un incremento del 3,8 % respecto al mismo trimestre del año anterior. Ente abril y julio, el mayor fabricante nipón por volumen de unidades vendió 2.303.495 vehículos en todo el mundo, 67.364 más que en el mismo período de 2018.
Las ventas de Toyota en Norteamérica, uno de sus dos principales mercados, se contrajeron su primer trimestre fiscal hasta un total de 743.576 unidades, mientras que en Japón, su otro mercado de peso, aumentaron hasta alcanzar las 555.291 unidades vendidas.
Menos optimismo en 2019
En Europa, el fabricante japonés logró comercializar 273.964 vehículos, más que en el mismo período del año precedente, y también incrementó sus ventas en Asia (al margen del mercado nipón), aunque las ventas en otras regiones (incluida Latinoamérica, Oceanía, África y Oriente Medio), disminuyeron hasta 332.424 unidades.
Para la totalidad del ejercicio en curso, Toyota revisó a la baja sus previsiones con respecto a las publicadas en mayo. La compañía prevé cosechar un beneficio neto de 2,15 billones de yenes (18.130 millones de euros), lo que supondría un aumento del 14,2 %, aunque la cifra es unos cinco puntos porcentuales menor a la de su estimación inicial.
Asimismo, la compañía cree que su beneficio operativo se contraerá un 2,7 % hasta 2,4 billones de yenes (20.239 millones de euros) en 2019, mientras que en mayo calculó que subiría, mientras que prevé que la caída de sus ventas se acentúe (-2,4 %) hasta los 29,5 billones de yenes (248.777 millones de euros).