¿Se imagina una empresa que renuncia a una ayuda pública? Pues eso es lo que ha hecho Tesla, que ha anunciado que renuncia a 1.140 millones de euros en subvenciones concedidas por Alemania por la puesta en marcha de la fábrica de vehículos eléctricos y baterías de Berlín.
La sorprendente decisión de Tesla se debe, según ha explicado su consejero delgado, el emprendedor Elon Musk, a una cuestión de principios y de coherencia. "Siempre ha sido la opinión de Tesla que se deben eliminar todos los subsidios", publicó Musk en Twitter en respuesta a las críticas de algunos usuarios sobre la dependencia de las empresas del emprendedor de las subvenciones.
22% de la inversión
Los 1.140 millones suponían alrededor de un 22% de los 5.000 millones que ha invertido Tesla en la nueva fábrica de Gruenheide, a las afueras de Berlín, en el Estado de Brandeburgo.
El Ministerio de Economía alemán ya había aprobado la ayuda en el marco del programa de innovación de baterías IPCEI de la Unión Europea, según la información publicada por Bloomberg. El fabricante de coches eléctricos informó a las autoridades alemanas de que no aceptará el paquete de ayudas, según el portavoz del Ministerio de Economía, Beate Baron.
A pesar de la renuncia a estos fondos, Tesla se ha beneficiado de un precio muy por debajo del terreno que ocupa en Gruenheide. La excusa que dio el Gobierno del Estado de Brandeburgo fue que en el solar había bombas de la Segunda Guerra Mundial de las que nunca más se supo. El fabricante de vehículos eléctricos pagó 41 millones de euros por 300 hectáreas de bosque situadas a las afueras de Berlín, lo que supone un precio por metro cuadrado tres veces inferior al de la zona. El ahorro estimado en esta operación fue de 79 millones.
En manos de la burocracia
Sin embargo, Tesla está sufriendo la burocracia alemana en su máxima expresión. De hecho, Musk quería poner en marcha la planta después del verano de 2021 pero se ha retrasado hasta final de 2021 o principios de 2022 por la obligación de tener que tramitar de nuevo los permisos. La razón argumentada por Brandeburgo era que además de coches eléctricos se van a producir baterías.
Asimismo, las ventas de Tesla dependen en gran medida de los subsidios que dan los gobiernos para reducir el precio de los vehículos eléctricos, especialmente en sus inicios en Estados Unidos o en Noruega, donde los modelos de la marca encabezan las ventas al beneficiarse de la exención de impuestos. En algunos países como España, los coches de Tesla suelen quedarse fuera de los incentivos porque superan un precio máximo de venta de los vehículos con derecho a subvención.
Las ayudas públicas suelen ser un factor decisivo en muchas inversiones y actúan como un elemento de atracción que a menudo decanta la balanza hacia uno de los emplazamientos candidatos. A unos 2.000 kilómetros de distancia, la negociación para reindustrializar la fábrica de Nissan de Barcelona se centra ahora en la mayor exigencia de ayudas públicas por parte de la firma china Great Wall Motors.