La nueva 'startup' británica de movilidad eléctrica Switch Mobility ha anunciado su intención de poner en marcha una fábrica de autobuses y vehículos comerciales ligeros sin emisiones que estará situada en Valladolid. La inversión, que supondrá la creación de 2.000 empleos según algunos medios de Castilla y León, ha sido promovida por el directivo Andy Palmer, un viejo conocido de los trabajadores de Nissan, como nuevo hombre fuerte en Europa del grupo indio Hinduja.
De hecho, el proyecto de Valladolid guarda muchas similitudes con el que se ha convertido finalmente en la principal alternativa para reindustrializar la planta de Nissan de Barcelona. En ambos casos la finalidad es la producción de autobuses eléctricos, aunque con una escala diferente.
"Nuestra nueva fabrica en Valladolid se unirá a las plantas existentes de Leeds (Reino Unido) y Chennai (India) y representa el siguiente paso en nuestra estrategia de expansión", indica la compañía, que nació como la nueva división de vehículos eléctricos del viejo fabricante de los autobuses de dos pisos ingleses Ashok Leyland, propiedad de Hinduja.
Terrenos en Valladolid
La nueva empresa asegura que la decisión de ubicarse en Castilla y León fue "una elección natural" dada la "larga historia de España en excelencia automotriz", la proximidad a proveedores y otras compañías del sector automoción, aprovechando la implantación en la zona de Renault e Iveco, y la "riqueza de talento en ingeniería" de la región. Además de la producción de autobuses y vehículos comerciales eléctricos, las instalaciones de Valladolid incluirán un centro de investigación y desarrollo "de vanguardia", según Switch Mobility.
La nueva planta se ubicará en los antiguos terrenos que ocupaba la empresa Nitratos de Castilla (Nicas), que al cerrar dio paso a un polígono industrial en la zona norte de Valladolid en el que se ubicaron empresas agroalimentarias. El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, comparecerá junto a Andy Palmer el día 15 de diciembre para explicar el proyecto de Switch Mobility.
La compañía anunció recientemente un plan para invertir hasta 200 millones de dólares (177 millones de euros) en los próximos años para lanzar nuevos modelos de vehículos eléctricos y abrir nuevos centros de producción en la Unión Europea. De momento, Switch Mobility ha vendido 300 vehículos eléctricos y ha invertido 130 millones de dólares (115 millones de euros).
En los últimos meses, Andy Palmer ha tenido puesto el ojo en España con el proyecto de Switch Mobility en Valladolid y con el del proveedor belga Punch en la nave que dejará Nissan en Barcelona a final de este año. Palmer es un buen conocer de la fábrica de Nissan de la Zona Franca, que visitó con frecuencia durante su etapa como director de operaciones de la multinacional japonesa en Europa.
Otro proyecto en Nissan Barcelona
Después de recalar en Aston Martin como consejero delegado con un final abrupto, Palmer ofreció sus servicios a varias compañías. El proyecto de Punch, que fue descartado por la comisión de reindustrialización de Nissan Barcelona al considerar que era poco sólido, pretendía producir vehículos con motor diésel adaptados para funcionar con hidrógeno, empezando por la 'pickup' Nissan Navara que se fabricaba hasta ahora en la Zona Franca y que pretendía transformar bajo licencia con su propia marca. Ofrecía recolocar a 2.000 empleados hasta 2025 y producir 75.000 vehículos al año con una inversión inciial de 50 millones y 150 millones en ayudas públicas.
Finalmente, tras la negativa de la china Great Wall Motor a instalarse en Barcelona, el proyecto industrial de más envergadura es la alianza D-Hub encabezada por la catalana QEV Technologies, que quiere producir en la Zona Franca chasis de buses eléctricos y otros vehículos sin emisiones en una planta multimarca y multiproducto.