Industria

Suzuki para la planta de Hungría por los ataques del mar Rojo

Suzuki paraliza una semana su planta de Hungría por la inseguridad del mar Rojo y se suma a los parones de Michelin, Tesla y Volvo

Nuevo Suzuki S Cross / SUZUKI

Nuevo Suzuki S Cross / SUZUKI

Ángel González

16.01.2024 11:14h

2 min

Suzuki se suma a la lista de fabricantes y proveedores del automóvil afectados por los problemas logísticos derivados de los ataques en el mar Rojo. Suzuki ha anunciado la suspensión de la producción en Hungría durante una semana debido a las interrupciones en la cadena de suministro causadas por los ataques de los rebeldes hutíes del Yemen a barcos en el mar Rojo, paso obligatorio para cruzar el canal de Suez.


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La compañía japonesa planea restablecer la producción el próximo lunes en su planta de la ciudad húngara de Esztergom, donde fabrica dos vehículos utilitarios deportivos, los modelos Vitara y S-Cross. Los rebeldes hutíes han estado perpetrando ataques a buques comerciales propiedad de compañías israelíes o que consideran que están vinculados a Israel (en respuesta a la guerra contra Hamás en Gaza), y Suzuki ha sufrido las ofensivas con retrasos en la entrega de motores y otras piezas a su planta húngara

El anuncio de Suzuki se produce unos días después de que otras compañías hayan admitido que tienen que parar sus factorías europeas. Primero fue Michelin, que ha programado paros en sus fábricas de neumáticos de España debido al retraso en la llegada de caucho procedente de Asia al tener que seguir la ruta por el cabo de Buena Esperanza de África, que alarga unos 10 días el trayecto. Unos días después, Tesla y Volvo anunciaron días de paro en la producción en Europa por la demora en la llegada de componentes.

Bombardeos en Yemen

En respuesta a los ataques, Estados Unidos y el Reino Unido bombardearon el pasado jueves y viernes posiciones de los hutíes en al menos seis provincias del Yemen, pero el grupo, respaldado por Irán, no ha cesado los ataques a barcos en el área. Ambos países, además de Australia, Baréin, Canadá, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Nueva Zelanda y Corea, emitieron un comunicado conjunto en el que defendían que el ataque fue cometido en pro de la libertad de navegación y el comercio internacional.

Japón se sumó más tarde a las naciones que justifican los bombardeos, alegando que los rebeldes hutíes siguen dificultando el derecho y la libertad de navegar en el mar Rojo y en las aguas que rodean la península árabe, y que el bombardeo "es una medida para que la situación no vaya a más". 

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