La planta de Stellantis en Figueruelas (Zaragoza) enfrenta un panorama complejo para 2025. Tras anunciar la suspensión del turno de noche en la línea de montaje final a partir de diciembre, la empresa ha propuesto un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para el próximo año. Aunque todavía no se han concretado los detalles ni se ha configurado la comisión negociadora, la medida responde a una prevista caída en la producción debido a cambios en la demanda y en los modelos fabricados.
Suspensión del turno nocturno y reorganización laboral
A partir de diciembre, Figueruelas eliminará temporalmente el turno de noche, afectando a unos 300 trabajadores. La dirección planea redistribuir a estos empleados entre los turnos de mañana y tarde, mientras que no se renovarán ciertos contratos temporales. Stellantis asegura que esta suspensión es una medida organizativa para adaptar la producción a la demanda, con el objetivo de reinstaurar el turno nocturno a lo largo de 2025.
Actualmente, la planta fabrica el Opel Corsa, Lancia Ypsilon y Peugeot 208, tras dejar de producir en julio los modelos Citroën C3 Aircross y Opel Crossland. Con esta reorganización, las líneas de producción operarán en dos turnos diarios, lo que refleja una optimización en medio de la transición hacia vehículos eléctricos y nuevas estrategias de mercado.
Contexto económico y futuro
El mercado de vehículos eléctricos aún muestra una demanda moderada, generando incertidumbre en el sector. Sin embargo, la planta se beneficia del impulso hacia la electrificación, como demuestra la reciente adjudicación de 133,7 millones de euros del Perte VEC III, destinados a consolidar la futura gigafactoría de baterías. Este proyecto es clave para el futuro de Stellantis en Zaragoza y busca asegurar la competitividad a largo plazo.
Una estrategia doble: contención y proyección
Makoto Uchida, CEO de Stellantis, ha enfatizado la necesidad de hacer la compañía más ágil y adaptable, considerando el entorno cambiante. Las medidas de reorganización pretenden paliar la pérdida de rentabilidad y sentar las bases para un modelo de producción más eficiente. Con el apoyo de las inversiones del Perte, la planta zaragozana se prepara para una transición que será decisiva en los próximos años.