El proveedor alemán Bosch aspira a convertirse en el líder del software para los vehículos del futuro próximo. Para ello está invirtiendo ingentes cantidades en recursos y en personal dedicado a la investigación y el desarrollo de sistemas informáticos de gestión, monitoreo y mejora de los vehículos. A pesar de contar con la tecnología clave en la que se basará los nuevos automóviles, Bosch descarta seguir la tendencia impulsada por otras empresas de software y electrónicas para tener su propio coche.
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“Para vender coches directamente a los consumidores necesitaríamos una organización diferente que no tenemos en estos momentos”, ha asegurado Stefan Hartung, presidente de Bosch, en respuesta a una pregunta de Coche Global en un encuentro con periodistas de varios países en la sede central del campus de investigación de la compañía en Renningen, un pequeño pueblo en medio de la campiña alemana a unos 30 kilómetros de Stuttgart.
“En poco tiempo, Bosch se convertirá también en una compañía de software”, ha asegurado el directivo, que ha añadido que “la amplia experiencia en toda la empresa” les permite “introducir líneas de código directamente en los productos”. Aunque Bosch cuenta con sus propios productos en la división de electrodomésticos, por ejemplo, y una red de talleres mecánicos, la firma no quiere seguir el mismo modelo en los automóviles, a pesar de que la mayoría de ellos incorporan su tecnología.
Bosch busca aliados para la investigación
Hartung tiene claro que estamos ante “una revolución” en la industria de automoción por la “marcha triunfal del software". Sin embargo, ante los elevados costes que supone la apuesta por la digitalización, Bosch defiende el modelo de investigación abierta y colaborativa con aliados.
“Para explotar el gran potencial del software y la inteligencia artificial, necesitamos alianzas entre iguales”, indicó Stefan Hartung, que añadió que “el software de código abierto ofrece una vía útil para compartir la experiencia de las compañías, de ahorrar costes y de crear soluciones estandarizadas”.
La vía emprendida por compañías como Xiaomi, Sony o Huawei para desarrollar sus propios coches parece descartada por ahora por Bosch. No vamos a hacer de todo, no tenemos celdas de baterías por ejemplo. Cooperamos directamente con los fabricantes de vehículos, no podemos hacerlo todo, tenemos que focalizarnos”, subrayó Markus Heyn, presidente de la división de movilidad de Bosch.
Un mercado en expansión
La apuesta de Bosch por evolucionar de un fabricante de componentes y ‘hardware’ hacia un desarrollador de software también es puede apreciar con claridad en las cifras de la compañía. De los 48.000 especialistas en programación que tiene Bosch, 42.000 están centrados en desarrollar soluciones para vehículos y movilidad. De los 91.600 millones de euros de facturación de Bosch en 2023, 7.300 se destinaron a investigación y desarrollo con un peso preponderante de la división de movilidad.
Las perspectivas de Bosch son tener una buena porción en la tarta del mercado de software para vehículos, que llegará a 462.000 millones de dólares en 2030, lo que supone un crecimiento constante del 5,5% anual. El punto de partida es alentador teniendo en cuenta que Bosch ha ingresado casi 4.000 millones de dólares por las ventas de productos y sistemas relacionados con el software de los vehículos en en los últimos tres años.