El grupo automovilístico indio Mahindra ha tirado la toalla, al menos de momento, con la marca surcoereana SsangYong, que se ha declarado en concurso de acreedores tras no ser capaz de afrontar una deuda de 60.000 millones de wones (unos 44 millones de euros). La compañía afirma que prevé mantener las operaciones de la marca mientras busca una solución financiera tras haber fracasado sus planes iniciales de buscar un socio o incluso de vender la marca.
Tal como ha informado la empresa en un comunicado, la compañía ha estado buscando maneras de extender el vencimiento de los préstamos, pero no ha sido capaz de llegar a un acuerdo con los prestamistas, por lo que ha decidido declararse en concurso de acreedores ante la imposibilidad de hacer frente al pago de los créditos.
Solución financiera
Sin embargo, SsangYong asegura que tiene previsto resolver sus problemas de liquidez gracias a una serie de mecanismos, como un "procedimiento de rehabilitación", para así no interrumpir sus operaciones comerciales. "Durante este periodo, Mahindra asumirá la responsabilidad como accionista principal y cooperará activamente con SsangYong para la normalización de la gestión hasta la conclusión temprana de las negociaciones con las partes interesadas", ha subrayado un portavoz de Mahindra.
Desde SsangYong han subrayado que esta situación es debida a las dificultades que ha traído consigo la crisis del coronavirus. "Estamos haciendo todo lo posible para transformar la situación y construir una empresa más sólida y competitiva para el futuro", ha reivindicado.