Industria

Sopa agriapicante en el automóvil chino

Al preguntarle por los resultados de las ventas en China, el vicepresidente comercial de Seat, Paul Sevin, arruga la nariz: "Hemos entrado en un momento complicado"

El vicepresidente comercial de Seat, Paul Sevin

El vicepresidente comercial de Seat, Paul Sevin

Redacción Coche Global

30.10.2012 10:06h

2 min

Al preguntarle por los resultados de las ventas en China, el vicepresidente comercial de Seat, Paul Sevin, arruga la nariz. Tras dudar unos instantes, asegura: "Hemos entrado en un momento complicado". Efectivamente, el peor de los últimos años, con un mercado saturado de coches sin vender y una guerra de precios.

Los ingredientes de esta sopa agriapicante son un descenso de las matriculaciones del 1,75% en septiembre y un incremento en nueve meses de un pobre 3,37% muy alejado de los dos dígitos de hace un año; un aumento de la producción del 10% en septiembre y del 5% en tres trimestres; una escalada de las importaciones de coches de marcas de fuera de China superior al 20% en un intento por colocar lo que no pueden vender en Europa y otros mercados estancados o en retroceso; y, finalmente, unas exportaciones de coches chinos disparadas un 28% en la primera mitad del año. El toque final de la sopa es un descenso de los precios que algunos meses roza el 2%.

Por tanto, en estos momentos resulta más difícil vender coches en China y la expectativa de ingresos es menor. Y la tendencia es que la sopa sea más agriapicante en los próximos meses. Sin embargo, para las marcas occidentales enfangadas en pérdidas en Europa, el mercado chino sigue siendo la tierra prometida, un caladero en el que enjugar unas abultadas pérdidas que están laminando las fábricas europeas. Y si no que se lo digan a Volkswagen, la decana occidental en China, que sigue nutriéndose de los beneficios del que ya es su primer mercado mundial en el que su filial española intenta hacerse un hueco.

Guerra arancelaria con EEUU

Con estos ingredientes y en vísperas de las elecciones presidenciales en EEUU, no es de extrañar que Barack Obama haya entrado en una guerra arancelaria para intentar frenar las ventas de coches y componentes chinos en EEUU y, especialmente, en países emergentes que las marcas del gigante asiático intentan inundar con sus coches baratos. Por ejemplo, Chery está exportando un 26% más que hace un año.

En Europa, las marcas chinas están ya a las puertas del mercado o dentro en fase de exploración. En España, el grupo ByD ha entrado de la mano del importador Bergé vendiendo una berlina eléctrica. Hasta ahora ha comercializado cuatro coches con acuerdos con instituciones y empresas para probar el vehículo.

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