Los sindicatos de la fábrica de Nissan de Barcelona no se dan por vencidos. Todo lo contrario. Han anunciado una reactivación e intensificación de las movilizaciones en contra del cierre de la factoría catalana que irán incluso más allá del momento en el que se espera que la multinacional pueda confirmar la fatídica decisión, según han anunciado los máximos dirigentes del comité en un debate 'online' organizado por la web Coche Global.
Durante una hora, Miguel Ruiz, del sindicato Sigen-USOC; Miguel Ángel Boiza, de CCOO; Xavi Hernández, de UGT, y Javier Turrillo, de CGT, han repasado en el debate convocado con el lema Nissan se la juega, los últimos acontecimientos en relación con el conflicto laboral de Nissan a la espera del anuncio oficial del plan de reestructuración.
Los representantes sindicales han anunciado una inflexión en las protestas con una primera acción llevada a cabo este martes en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, en la que se ha escenificado el impacto de un posible cierre en la pérdida del empleo para 25.000 trabajadores contando los 3.000 de las plantas de Barcelona, Montcada i Reixac i Sant Andreu de la Barca así como los de empresas proveedoras.
Coincidiendo con la cuenta atrás para que la compañía explique el plan de reestructuración a nivel global desde la sede central de Yokohama (Japón), el comité de empresa ha convocado este miércoles sendas concentraciones frente al consulado japonés y la sede de la Unión Europea en Barcelona.
Más allá del anuncio de cierre
Los dirigentes sindicales reconocen que han tenido que tirar del ingenio para diseñar esas acciones de protesta y las que vendrán a continuación para hacerlas compatibles con el actual estado de alarma, en el que Barcelona se encuentra la fase 1 de la desescalada de las medidas de confinamiento y con restricciones de movilidad todavía.
Los sindicalistas han pedido a la plantilla que ha seguido el encuentro digital mantenido en Google Meet y emitido en directo a través del canal de Youtube de Coche Global que mantengan el pulso con la compañía incluso en el caso de que el día 28 o en los posteriores se confirme que Nissan. El objetivo que se marca el comité es seguir movilizándose más allá de una posible confirmación de las informaciones que apuntan a un cierre de la planta de la Zona Franca de Barcelona.
Una de las opciones que tienen sobre la mesa los sindicatos es extender la huelga que ha paralizado los centros de Montcada y Sant Andreu de la Barca y, de rebote, el de Barcelona a la fábrica de piezas de fundición que tiene la multinacional japonesa en Cantabria. El parón de esa planta, que resultaría muy afectada un cierre en Barcelona, provocaría la paralización de fábricas de Renault en cuestión de días. "Estamos trabajando en ello, pero la empresa lo sabe y ha prometido un caramelo para hacer ahora lo que no ha hecho en 20 años", destaca Javier Turrillo. Sin embargo, el comité ha criticado la estrategia de Renault de prometer mejoras en la planta que han estado pendientes durante años justo en este momento en un intento por neutralizar una convocatoria de huelga.
"Pedimos a los trabajadores que no decaigan. Aunque el jueves tengamos noticias que no sean buenas, tenemos que seguir peleando. Si remamos todos, trabajadores e instituciones, en la misma dirección, podemos hacer ver a Japón que se están equivocando con la decisión. Están muy influidos por la dirección anglosajona de Europa", ha explicado Boiza, que advierte del peligro de que Nissan pueda ser la primera gran empresa en abandonar España con motivo de la crisis económica.
"Hasta el último duro"
"Vamos a luchar hasta el final. Aunque nos han cuestionado y nos han dicho que estábamos locos por convocar la huelga indefinida, hemos demostrado que estamos haciendo las cosas bien", ha indicado Miguel Ruiz.
"Pase lo que pase el día 28 hay que apretar todavía más. no hay que venirse abajo. Si hay un cierre, tenemos que conseguir que Nissan suelte hasta el último duro", ha asegurado Xavi Hernández, que ha advertido de que "si una empresa como Nissan se va en estos momentos de España, no volverá nunca".
"Se diga lo que se diga el día 28, tenemos que seguir unidos e intentándolo. Como se dice, hasta el rabo todo es toro", ha destacado Javier Turrillo como mensaje a la plantilla en estos momentos tan decisivos.
De momento, el comité de empresa de Nissan no quieren oír hablar de un posible plan B para evitar el cierre como la búsqueda de inversores interesados en hacerse con la planta, entre los que se podrían encontrar fabricantes de automóviles chinos. "Eso supondría facilitar la marcha de Nissan, que podría cerrar pagando poco al saber que hay otra empresa interesada. Si Nissan quiere irse, que pague hasta el último céntimo", ha destacado Boiza.
Siguen empeñados en convencer a Nissan de las ventajas del plan que propusieron las admintraciones españolas a la multinacional, que prevé una inversión de unos 300 millones suavizadas con abundantes ayudas públicas para producir en Barcelona el modelo eléctrico Ariya. La alternativa del cierre le costaría a Nissan más de 1.000 millones.
Alternativas para afectados
Durante el debate, los cuatro dirigentes sindicales se han mostrado críticos, en mayor o menor medida, con el "postureo" de algunos políticos que quieren aparentar que trabajan intensamente para salvar la planta de Nissan. Los cuatro representantes laborales han reconocido las gestiones llevadas a cabo por algunos dirigentes políticos, a los que han pedido más eficacia.
La plantilla vive la espera de noticias con una gran inquietud que lleva a muchos de los trabajadores, incluidos los sindicalistas, a no conciliar el sueño, según han reconocido. La mayor parte de los 3.000 empleados de Nissan afectados son de una media de edad y de antigüedad altas que tendrían dificultades para encontrar otro empleo y podrían ver su jubilación complicada, según ha reconocido Miguel Ángel Boiza.
Los sindicalistas son también ejemplos de esas largas trayectorias laborales. Entraron en Nissan muy jóvenes atraídos por la buena imagen de la empresa, que se ha visto deteriorada en los últimos años. "Yo estuve a punto de entrar a trabajar en un concesionario que me iba a pagar más, pero Nissan ofrecía más seguridad como empresa, eran los japoneses", destaca Miguel Ruiz como ejemplo de la buena fama que tenía antes la planta de Nissan de Barcelona. Aunque en los últimos años han pasado por inumerables complicaciones, en esta ocasión es difícil ver luz al fnal del túnel, según admiten los sindicatos.
