La crisis de Nissan entra en una nueva etapa. La paciencia de los sindicatos se ha colmado después del anuncio de que la fábrica de Nissan de Barcelona dejará de producir la 'pick-up' Mercedes Clase X a partir de mayo. "Nos van a oír", han indicado los sindicatos al anunciar un calendario de movilizaciones dirigido a la multinacional, al consulado de Japón y a las administraciones. El objetivo es conseguir producción adicional para evitar el cierre.
El primer acto de movilización será una concentración el martes que viene ante el consulado de Japón en Barcelona para que la indignación llegue hasta el país de origen de Nissan. El comité de empresa se volverá a reunir el miércoles para concretar los siguientes pasos en la protesta para reclamar un plan de futuro que garantice la viabilidad de la factoria de Barcelona y sus 2.500 empleados.
Los otros centros de trabajo de Nissan en el resto de España también llevarán a cabo movilizaciones de protesta porque el recorte de actividad en Barcelona también repercute en su actividad. De hecho, los sindicatos son conscientes de que si no llega un modelo adicional, la planta de Barcelona está abocada al cierre, tal como dejó entrever el vicepresidente europeo, Gianluca De Ficchy, en un encuentro con el comité.
Modelos en peligro
Los sindicalistas han mostrado su temor a que la situación se agrave todavía más con la pérdida de otro modelo, la furgoneta eléctrica e-NV200. Es la ahora mismo la joya de la corona de la planta de la Zona Franca por el simbolismo que tiene al ser un vehículo 100% eléctrico que va en aumento aunque de momento su producción sigue siendo testimonial en comparación con el otro modelo, la 'pick-up'.
"Han lanzado una moneda al aire de cara o cruz. Quizá dejamos de fabricar la furgoneta eléctrica y hay dudas sobre la rentabilidad de la 'pick-up'", ha indicado Miguel Ángel Boiza, responsable de CCOO en Nissan de Barcelona.
La gran esperanza del anterior acuerdo, la inversión de 70 millones en una nueva planta de pintura, se ha planificado para 2023, con lo que se momento la compañía o arriega a la espera de decidir el futuro de la presencia industrial de Nissan en España.
25.000 empleos en el aire
"Queremos un plan industrial con cara y ojos, que garantice la actividad durante 10 años", ha destacado Miguel Ruiz, del sindicato SIgen-USOC. "Nos da miedo que sean decisiones para ir dejando morir las fábricas de España".
Otro problema añadido es que, en el caso de que se produjera una asginación de un nuevo modelo a Barcelona, se empezaría a producir en 2023. El candidato con más posibilidades es el nuevo Ariya, un nuevo coche eléctrico pendiente de asignar.
Los comités de empresa consideran que Nissan está haciendo "de forma clara y flagrante un incumplimiento de los acuerdos con la parte social". "Nosotros hacemos cesiones pero es indignante que no se cumplan los acuerdos", ha indicado Ruiz.
"Exigimos un futuro, queremos tener un futuro. Si el estudio de viabilidad nos vamos a oponer si es desfavorable para los trabajadores. No vamos a dejar que 25.000 familias contando subcontratas y proveedores se queden sin trabajo", ha advertido Javier Hernández, de UGT.
En el fondo de los problemas que sufre la planta de Barcelona subyacen los difíciles equilibrios entre Renault y Nissan, una alianza que los comités consideran que ha perjudicado a la marca japonesa en Europa. "Hemos ido perdiendo modelos que se han ido a plantas de Renault y que no han sido sustituidos", ha explicado Javier Turrillo, de CGT, como causa de la delicada situación de Nissan en Barcelona.