El conflicto laboral de la fábrica de Nissan de Barcelona va camino de acabar en los juzgados. Los sindicatos han anunciado que están preparando una demanda contra Nissan Motor Ibérica por vulneración del derecho de huelga debido a la decisión de la empresa de enviar a trabajadores al ERTE en vigor a pesar de la convocatoria de paro indefinido.
La respuesta de Nissan a la ingeniosa estrategia del comité de poner en marcha una huelga con el mínimo coste posible ha sido comunicar que los más de 1.000 empleados que había sacado del ERTE para empezar a trabajar en la planta de Barcelona desde el lunes día 4 volverán a la situación de suspensión temporal de empleo a partir del día 11 de mayo.
Los sindicatos condieran que esta decisión vacía de contenido el derecho de la huelga al mantenerse en vigor la convocatoria de paro indefinido en todos los centros de trabajo de Cataluña. A pesar de esa convocatoria, solo han secundado la huelga 120 empleados que fueron convocados por la empresa para producir piezas de chapa en la planta de estampación de Nissan en Montcada i Reixac. La falta de componentes obligó a la empresa a parar el miércoles el montaje del modelo Mercedes Clase X que se inició el día 4 y a enviar a casa a los empleados con un permiso retribuido.
Bonificación de cotizaciones
Esa situación cambiará a partir del 11 de mayo al volver al ERTE y cobrar un 80% del sueldo entre la prestación de desempleo y un complemento que abona la compañía. Además, la empresa se ahorraría un 75% de las cotizaciones a la Seguridad Social al tratarse de un ERTE por causa de fuerza mayor aprobado durante el estado de alarma. Los sindicatos consideran que, además de vulnerar el derecho de huelga, la empresa estaría aprovechándose de recursos públicos de forma fraudulenta.
Los sindicatos han puesto en marcha una caja de resistencia que se nutre de las aportaciones de todos los empleados para pagar los sueldos que dejan de percibir los 120 trabajadores en huelga de Montcada que se han convertido en la clave de la estrategia sindical para paralizar la producción como medida de presión para exigir un plan de futuro para Nissan en Barcelona.
