Cuando estábamos inmersos en el reto de la descarbonización, ahora llega otro desafío: el ahorro de agua en el camino de la sostenibilidad y para afrontar la sequía como otra de las manifestaciones del cambio climático. A diferencia de lo que ocurre con el combate de las emisiones contaminantes, en este nuevo reto el sector del automóvil no es el blanco de las críticas y de las exigencias. Mas bien lo contrario, demuestra que ha hecho los deberes en los últimos años con un importante ahorro en los litros de agua necesarios para producir un coche.
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Las restricciones en el consumo de agua son ya una realidad en varios puntos de España y desde esta semana se han extendido a la mayor parte de Cataluña. El sector agrícola es el más perjudicado por las medidas de la fase de emergencia aplicadas al tener que recortar su gasto de agua para el riego en un 80%. El ahorro exigido en la ganadería es del 50%, mientras que en la industria se queda en el 25%, lo mismo que en las actividades recreativas.
En esta ocasión, las autoridades han puesto el foco en la agricultura, el sector que concentra con diferencia la mayor parte del gasto (alrededor del 75% del total). Es la forma más efectiva de conseguir un ahorro más importante, aunque con un alto coste para los agricultores y para los consumidores por la subida de los precios de algunos alimentos que ya estamos pagando.
Objetivo ambicioso para la automoción
"Superaremos la sequía y lo haremos gracias a la colaboración, al esfuerzo compartido, a la planificación y a las inversiones bien dirigidas", aseguró Pere Aragonès, el presidente de la Generalitat catalana, en el momento de explicar los sacrificios que se exigen a los ciudadanos y a las empresas. Las inversiones privadas han sido importantes en el camino para ahorrar agua, aunque las inversiones públicas han sido escasas o poco efectivas para, por ejemplo, tapar las numerosas fugas de la red de tuberías.
El recorte del 25% en la industria es un objetivo aparentemente más modesto pero que, en realidad, es muy ambicioso teniendo en cuenta la drástica reducción en el consumo de agua de los últimos años. La industria de automoción europea ha logrado que los litros necesarios para fabricar un coche hayan pasado de 5.360 en 2005 a 3.520 en 2022, un 34% menos, según los datos de la patronal de fabricantes de la UE (Acea).
El volumen total de agua consumida por la automoción europea se ha reducido todavía más, un 51%, al evolucionar de 61 millones de metros cúbicos al año en 2005 a menos de 30 millones en 2022.
Una de las claves es "la mayor aplicación de tecnologías de recirculación para la reutilización del agua", según destaca Acea. Además, los fabricantes han recortado drásticamente el consumo de agua en procesos críticos como el de los túneles de pintura.