Industria

La segregación de Renault alarma a los sindicatos franceses

La CGT pide ayuda al Estado francés ante la venta de una parte del negocio de combustión a la china Geely y la saudí Aramco

Trabajadores en la fábrica de Renault de Valladolid

Trabajadores en la fábrica de Renault de Valladolid

Ana Montenegro

02.09.2022 13:52h

2 min

La vuelta al trabajo de Luca de Meo, consejero delegado del Grupo Renault, está siendo más problemática de los que probablemente le gustaría. El directivo, expresidente de Seat, no ha tenido un momento de reposo desde que llegó a París, tras la pandemia y los problemas de producción por la falta de componentes, se sumó hace sólo unos meses de la pérdida de la filial rusa, AutoVaz, y su impacto en la cuenta de resultados.

Ahora el proyecto de Renault de segregar las actividades entre motores de propulsión eléctrica y térmica y dar entrada a nuevos accionistas ha puesto en pie de guerra al poderoso sindicato Confédération Générale du Travail (CGT), que ha hecho un llamamiento a intervenir al Estado francés, también accionista de Renault, de la que controla el 15% del capital. 

"Esta estrategia es desastrosa, tanto en términos de investigación y desarrollo como a nivel industrial, no solo para Renault sino para toda la industria de automoción en Francia", advirtió la CGT, que pidió al Estado que “se oponga firmemente a cualquier pérdida de autonomía e independencia del fabricante".

Segregación y externalización

La segregación de actividades la anunció Luca de Meo el pasado mes de mayo “con el fin de reforzar la eficiencia y el rendimiento operativo”. Ahora los medios de comunicación franceses están develando algunos aspectos más de esa operación como la entrada de la china Geely y del gigante inversor saudí Aramco en la futura filial de motores térmicos que se denomina internamente Horse (caballo) y que incluirá las actividades de propulsores de combustión interna e híbridos (gasolina-electricidad) de Renault. El proyecto prevé que Renault seguiría siendo accionista de referencia, pero minoritario en su actividad histórica. La otra pata de la empresa, la que agrupará las actividades de vehículos de propulsión eléctrica, se ha denominado Ampère.

El sindicato "se opone al desmantelamiento de la empresa” y añade en un comunicado de prensa que “el Grupo Renault debe seguir siendo una empresa coherente que ocupe todos los oficios de un fabricante de automóviles, ya sean térmicos, híbridos y eléctricos”.

Efectos en las plantas de España

El proyecto, según se ha desvelado, podría situar a Geely como accionista principal de la futura división de motores térmicos de Renault con hasta el 40% de su capital y colocaría a la china como un protagonista estratégico y prominente en la industria de automoción europea. Es propietario ya del 82% de Volvo, accionista de referencia en Daimler y AB Volvo (Camiones), de Lynk&Co, Lotus, Smart o Polestar. Renault y Geely ya mantienen una estrecha alianza en Corea. El pasado mes de mayo, el grupo francés cedió el 34% del capital de Renault Korea Motors a la sociedad china.

La operación afecta directamente a las plantas de Renault en España, ya que las fábricas de la Península, de montaje, motores y transmisiones, están centradas en la fabricación de vehículos térmicos e híbridos​​​​​​​.

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