La fábrica de Seat trabajará esta semana sin días de parón, con lo que no se aplicará el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Es el escenario soñado por la dirección de la compañía en el contexto actual de múltiples problemas como la escasez de microchips y de otros componentes. Sin embargo, el presidente de Seat, Wayne Griffiths y su equipo pueden volver a sufrir los efectos del segundo día de la huelga convocada por el sindicato CGT.
Participa en el Barómetro Auto Mobility Trends 2022, que evalúa el impacto de la crisis de los microchips y la guerra de Ucrania en la movilidad y la automoción.
Seat prevé trabajar los cuatro días laborables de esta semana en Cataluña (de lunes a jueves) con la velocidad de crucero máxima que mantenían hasta ahora, con dos turnos en la línea uno, que monta los modelos Ibiza y Arona: tres turnos en la producción del Seat León y el Cupra Formentor y uno en la cadena de montaje del Audi A1.
Vuelta a la normalidad
Con esta previsión, se recupera la normalidad en el ritmo de trabajo después de semanas de reiterados parones por la imposibilidad de mantener el suministro de los componentes que integran microchips por parte de los proveedores de Seat. Pese a la guerra de Ucrania, la marca española ha sacado provecho de comprar los mazos de cableado en Marruecos y no en el país en guerra, como hacen las factorías del grupo Volkswagen y otras compañías de Alemania.
El nuevo ERTE pactado en Seat prevé una aplicación desde el 1 de abril y hasta el 30 de junio de un máximo de 40 días de parón total o parcial y hasta 360 empleados en sus casas de forma estable y a diario. El expediente reformula el anterior e incorpora entre las cuasas posibles los efectos de la guerra de Ucrania y de los nuevos confinamientos en China y otros países asiáticos y los paros del transporte, además del racionamiento de los microchips.
Sin embargo, la fábrica de Martorell afronta la segunda jornada de huelga convocada por CGT el martes 12 de abril en contra de los recortes planteados por la empresa en la negociación del convenio colectivo. En la primera jornada, el miércoles 6 de abril, el tercer sindicato en número de representantes en Seat logró paralizar la producción durante seis horas repartidas en paros parciales en cada turno.
Griffiths critica la huelga
Waynne Griffiths criticó la convocatoria de huelga al considerarla "innecesaria". También lo hicieron los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, al advertir que la negociación del convenio estaba todavía en una fase inicial.
El mismo día de la primera jornada de huelga, Seat modificó algunos de sus planteamientos al comprometerse a abonar los atrasos salariales por una subida del 6,5% con efectos retroactivos en 2021. Asimismo, anunció que prevé la asignación de la producción de nuevas piezas a la planta de Seat Componentes, lo que permitirá evitar su cierre y mantener sus 1.200 empleados.
