Industria

Seat prevé hasta 500 millones en pérdidas por el arancel al Cupra Tavascan

Las ventas previstas del Cupra Tavascan generarían unas pérdidas de hasta 500 millones por el arancel, según ha comunicado la empresa a los sindicatos

CUPRA Tavascan en la central hidroeléctrica del municipio

CUPRA Tavascan en la central hidroeléctrica del municipio

Toni Fuentes

10.10.2024 23:09h

3 min

Las alarmas se han encendido en Seat después de la votación de la Unión Europea a favor de los aranceles a los coches eléctricos importados de China, que afectan también al Cupra Tavascan. El impacto del sobrecoste que supone un arancel adicional del 21% sobre el nuevo modelo eléctrico de Cupra supondrá un duro golpe que la compañía ha cuantificado con varios escenarios. En cualquiera de ellos, la factura para Seat será de cientos de millones de euros y de empleos amenazados.


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Seat advirtió, el mismo día en el que los países aprobaron mantener los aranceles durante cinco años, que el gravamen aplicado sobre el Cupra Tavascan, que se fabrica en una planta de Volkswagen en China por el reparto mundial de plataformas del grupo, "perjudicará enormemente la estabilidad financiera de la empresa y también podrían amenazar el empleo". Ahora, el CEO de la compañía, Wayne Griffiths, y su equipo han cuantificado ese impacto en un encuentro mantenido con los sindicatos.

La producción y las ventas con el volumen previsto del Cupra Tavascan, de alrededor de 70.000 unidades al año, generará un impacto negativo de hasta 500 millones de euros debido al sobrecoste imprevisto cuando se planificó el nuevo modelo. A corto plazo, en lo que resta de 2024, las ventas del Tavascan con el nuevo arancel tendrán un efecto negativo de 100 millones, según explicó Rafa Guerrero, responsable de CCOO en Seat, durante un encuentro sectorial organizado por el sindicato en Barcelona.

La dirección de Seat con un Cupra Tavascan en Casa Seat

La dirección de Seat con un Cupra Tavascan en Casa Seat

Recorte de producción en Martorell

Con esas ventas del Tavascan más las del Cupra Born, también eléctrico, y las de las versiones híbridas enchufables de León, Formentor y el nuevo Terramar permitirían al grupo Seat conseguir o acercarse al objetivo de reducción de emisiones de CO2 que impone la Comisión Europea. Eso haría que se evitaran las multas pero con un elevado coste al vender con pérdidas el Tavascan.

La otra alternativa que baraja Seat es reducir las ventas del Tavascan a costa de recortar también la producción y venta de modelos de combustión con el fin de reducir los niveles de CO2 hasta el tope autorizado por la UE. El recorte necesario ascendería a unos 100.000 coches en 2025, de los que unos 90.000 corresponderían a la planta de Martorell y los otros a otras fábricas que ensamblan también modelos de Seat y Cupra. 

"El Cupra Tavascan nace tocado de muerte si se mantiene el volumen de producción y ventas previsto por los aranceles", advirtió Rafa Guerrero. El arancel que ha impuesto Bruselas al Tavascan fue el máximo y porteriormente lo redujo al 21%, que se suma al 10% general que había con anterioridad, es decir, que acumula un 31%. El dirigente sindical ha lamentado que es el mismo arancel que se aplica a marcas chinas como BYD, pese a que Cupra y Seat tienen su sede en Martorell y que el vehículo ha sido desarrollado en España. 

Producción del Cupra Formentor y León en Seat Martorell / T.F.

Producción del Cupra Formentor y León en Seat Martorell / T.F.

El dilema de la automoción

La alternativa de reducir la producción de vehículos de combustión pondria en peligro una quinta parte de la producción de la fábrica de Martorell, lo que provocaría "unas consecuencias muy negativas para el empleo", según advirtió el dirigente de CCOO.  

La esperanza para Seat es que las negociaciones que mantiene con la Comisión Europea permitan reducir todavía más el arancel sobre el Tavascan, tal como consiguió Tesla con el Model 3, que paga el 9,9% adicional. Además, la compañía está pendiente de la reivindicación del sector de automoción de flexibilizar los objetivos de reducción de CO2 de 2025 debido a la dificultad de vender vehículos eléctricos. El presidente de la patronal europea de fabricantes de automóviles (Acea) y CEO de Renault, Luca de Meo, advirtió de que el sector tendrá que afrontar unas multas por un importe total de 15.000 millones o bien reducir en 2,2 millones las ventas de turismos de gasolina y diésel para lograr los objetivos de CO2.

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