Los últimos días y horas han sido intensos en los despachos de Seat en su sede de Martorell. El preacuerdo del nuevo convenio colectivo que permitirá la electrificación de la compañía Seat a través de la marca Cupra y de la fábrica de Martorell se logró en una reunión de los dirigentes de UGT y CCOO con Wayne Griffiths, presidente de Seat. En ese encuentro se cerraron los últimos flecos de las medidas de competitividad con las que la planta de Martorell aspira a conseguir la fabricación de un nuevo modelo eléctrico de mayor tamaño que el urbano ya asignado, según consta en el preacuerdo al que ha tenido acceso Coche Global.
Una de las medidas incluidas en el paquete de competitividad vincula el pago de una parte de las mejoras salariales a que la multinacional Volkswagen asigne a la fábrica de Martorell la producción de un coche eléctrico de una plataforma de mayor tamaño que el pequeño UrbanRebel, que se venderá con el nombre de Cupra Raval. El nuevo coche al que aspira la planta catalana es el Cupra Tavascan, un SUV grande que será el sustituto natural del Seat Tarraco con un diseño coupé y un alto contenido tecnológico.
El capítulo más difícil en la negociación del convenio ha sido el de la retribución de los empleados en un momento en el que la inflación está desbocada. Este apartado se dejó para el final después del acuerdo sobre un plan para reducir la plantilla en 2.100 personas sin despidos. La fórmula pactada en el nuevo convenio es otro ejercicio de imaginación por parte de los sindicatos mayoritarios (CGT no ha firmado el preacuerdo) y de la dirección de personal de Seat.
Pagos fraccionados y diferidos
La empresa abonará en un pago único los atrasos de 2021, a pesar de que en ese año no había ninguna subida salarial acordada. Seat hará un pago único no consolidable del 6,5% del sueldo hasta la fecha de la firma definitiva del convenio colectivo. Asimismo, se actualizarán las tablas salariales con ese 6,5%.
La fórmula pactada para abordar la escalada del IPC se basa en diferir el pago de las subidas. El preacuerdo prevé que si el IPC supera el 3% a final de 2022, la empresa abonará en las tablas salariales el 50% de la diferencia con la inflación real en cuatro pagos el 1 de enero de 2023, 2024, 2025 y 2026. El pago del otro 50% "estará condicionado a la adjudicación de la segunda plataforma eléctrica a la fábrica de Martorell", según el texto acordado. En caso de que no se asigne ese modelo adicional, el pago del 50% del exceso de la inflación más allá del 3% se retrasaría a enero de 2026.
Si se toma la última cifra de inflación interanual de mayo, que llegó al 8,7% de media en España, el preacuerdo de Seat supondría diferir una subida de las tablas salariales del 5,7%.
"Paquete de competitvidad"
Para el resto de ejercicios del periodo de vigencia del convenio, es decir, de 2023 a 2026, el preacuerdo establece que la empresa anticipará una subida del 0,25% a partir de enero . La diferencia con el IPC real se liquidará en un pago y en tablas al año siguiente. Esta fórmula equivale a una garantía de poder adquisitivo y a que los sueldos no subirán más que la inflación.
Estas medidas forman parte del "paquete de competitividad" acordado en el convenio colectivo. Se basa, según el preacuerdo, en el "compromiso de ambas partes de trabajar y generar las condiciones de competitividad necesarias para conseguir la adjudicación de una segunda plataforma eléctrica para la fábrica de Martorell, que resulta fundamental para mantener la rentabilidad del centro y del conjunto de la compañía, así como para garantizar el mayor número de puestos de trabajo".
El preacuerdo ha recibido ya el visto bueno "masivo" de las asambleas de trabajadores de los sindicatos UGT y CCOO, que tuvieron lugar al día siguiente de la firma. Es el primer paso para la ratificación del acuerdo, prevista para el día 29 de junio en un referéndum en el que podrá participar toda la plantilla de la compañía.