La compañía Seat ha intensificado su hoja de ruta hacia la electrificación, pero ha anunciado que trabaja en nuevos proyectos. El fabricante español, que en 2022 logró un beneficio neto de 68 millones de euros, trabaja "intensamente" en conseguir una planta de ensamblaje de baterías, un centro de economía circular y en la asignación de un modelo eléctrico adicional.
El año 2022 fue el de la vuelta al beneficio de Seat después de dos ejercicios de pérdidas provocadas por la pandemia y los problemas de suministro de componentes posteriores. Seat ha anunciado un beneficio neto de 68 millones de euros después de registrar unas ganancias operativas de 179 millones (33 millones con la contabilidad alemana) que quedaron absorbidas por los 293 millones que cuesta el plan de 1.300 prejubilaciones que se encuentra ahora mismo en marcha. La firma cerró el año con más de 10.500 millones de euros, el segundo mejor registro de su historia.
Casi 20.000 euros de precio medio
Una de las claves de la mejora, lograda con menos matriculaciones, fue un aumento del precio medio de los vehículos vendidos hasta 19.920, 3.070 más que en 2021. El incremento se debe al efecto del crecimiento de Cupra en las ventas (suma un 40% ya), con modelos más caros, así como la llegada del eléctrico Cupra Born y de los híbridos enchufables. Y eses solo el inicio para Cupra, que prevé tres lanzamientos hasta 2025 y tiene el objetivo de alcanzar unas ventas anuales de 500.000 unidades, más de lo que vendió Seat y Cupra juntas en 2022.
Para llegar a esos niveles, la empresa está analizando su entrada en el gran mercado de Estados Unidos, con unos resultados "esperanzadores" de los primeros test. "El éxito de Cupra nos ayuda a invertir", ha destacado Wayne Griffiths, el presidente del grupo Seat. Además, Seat "volverá" gracias a la mejora del suministro de microchips y a una demanda elevada con la electrificación pendiente, según el directivo. Mientras llega la decisión sobre el posible lanzamiento de modelos eléctricos con marca Seat, la empresa intensificará su apuesta por la micromovilidad urbana con la filial Seat MO, que pretende lanzar un microcoche urbano fabricado por Silence, que ya es proveedor de sus motos eléctricas.
"El año 2022 fue el del inicio de nuestra transformación y 2023 será el de la aceleración", ha asegurado Griffiths. El presidente del consejo de administración de Seat, Thomas Schaffer, ha felicitado al equipo de Griffiths por los buenos resultados y ha animado a la filial española a mantener ese camino.
Con estos resultados positivos, Seat ha optado por pisar el acelerador en su electrificación, en la que invertirá 3.000 millones para la transformación de la factoría de Martorell, que este año cumple 30 años de su puesta en marcha. Una vez han comenzado las obras de la gigafactoría de baterías de Sagunto (Valencia), Seat trabaja "intensamente" en otros proyectos relacionados con el núcleo de la electrificación.
Laboratorio de baterías Test Energy Center de Seat
Tres millones de eléctricos
La empresa ha confirmado que tiene como objetivo conseguir una planta de ensamblaje de baterías destinadas a las líneas de montaje de Martorell. Se trataría de una planta en la que se monta y se conecta el pack de módulos de celdas para su instalación en los vehículos. Asimismo, Seat también avanza en sus trabajos para conseguir el visto bueno del grupo Volkswagen para asignar a Martorell la producción de un modelo eléctrico más grande y de más valor que los pequeños ya previstos. Para ello habría que adaptar la línea de montaje para una plataforma más grande de cara a la próxima década.
Además, Seat trabaja en un centro de economía circular para el reciclaje de baterías y vehículos que se ubicaría en las instalaciones de la Zona Franca de Barcelona, donde se encuentra actualmente la planta de prensas.
Estos proyectos adicionales ayudarán a la compañía a "mantener el empleo" en los próximos años después del plan de prejubilaciones en marcha, según ha explicado Griffiths.
El grupo Volkswagen trabaja con la previsión de producir 500.000 coches compactos al año de las marcas Cupra y Volkswagen en Martorell, como mínimo. Con la cifra de unos 300.000 coches producidos al año en Pamplona, daría una cifra acumulada de tres millones de vehículos eléctricos producidos entre 2025 y 2030 en las dos factorías españolas.
